CREACIÓN
La mágica fotografía brasileña exhibida en el Centro León

CREACIÓN<BR>La mágica fotografía brasileña exhibida en el Centro León<BR>

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La construcción de una mirada”, por su carácter colectivo, es compleja en cuanto a las imágenes que presenta, proponiendo temas y enfoques no alineados sobre un estilo o un motivo determinado. Por el hecho de que ha intervenido una curaduría tan experta –la cual comunica su temperamento selectivo y sus predilecciones–, la diversidad es evidente y al mismo tiempo culmina en unidad de la mirada interior.   Si bien es cierto que cada autor captura objetos y/o sujetos en un momento preciso que los inmoviliza, tampoco es el instante inmediato e irrepetible de Cartier-Bresson (… que no lo practicaba siempre).

Con frecuencia, el foco se aprovecha, la foto, aunque jamás posada, puede estar preconcebida –o lo luce– por una vertiente paradójicamente introspectiva. Ahí cabe recordar que las obras provienen de una colección institucional –la Pinacoteca de Sao Paulo-. Esto explica que ciertas fotos con nuevas perspectivas se sitúen fuera del repertorio más identificable del  fotógrafo. Así Claudia Andújar, habitualmente más cercana al reportaje etno-antropológico, que convierte en metáfora de ángel al obrero de la construcción muerto, una de las tomas con mayor impacto. Corriendo  el riesgo de la equivocación, afirmaríamos que las fotos seleccionadas y expuestas, no son necesariamente comunes en la visión e investigación de estos fotógrafos. Tampoco la técnica domina la imagen como parte de  una autoexigencia fría; ella coadyuva a conseguir las composiciones, los contrastes, los matices que mejor transmiten propósitos iconográficos, más o menos interiorizados.

Impacto sensible. Centrándonos hoy en los autores, observamos la emoción, la subjetividad, la fascinación de cada artista por el escenario que plasma, ¡y que nosotros compartimos! El blanco y negro tiene calidez e intensidad, así en la extraña confrontación iconográfica de Tiago Santana, que pide una atención especial, mientras  el color puede llegar a la suntuosidad como en el enigmático retrato en rojo de Loren McIntyre,  de potencia sugestiva plural.

Esa riqueza sensorial, que fácilmente interpretaríamos como típicamente brasileña, y no dramática siempre, surge de un compromiso alegremente asumido por el fotógrafo, hasta con sentido del humor: evocamos los perfiles de uno de los más jóvenes expositores, Paulo Nazareth, y sus hojas de plátano.

No existe la banalidad: cada autor “re-inventa” el mundo que su lente capta, hasta emprendiendo viaje a lo fantástico –pensamos en Boris Kossoy y su “Sorpresa en la carretera de Sao Paulo”– y que sin embargo interpretamos gustosamente. Ahora bien, en esta “construcción de la mirada”, que enfatiza los matices luminosos –naturales o artificiales, diurnos o nocturnos, opacos o brillantes–, las respuestas de espectadores receptores y receptivos, se modulan según sus temperamentos… y el conocimiento que tienen de las circunstancias.

La foto de un pasillo miserable, por Ana Lucía Mariz, donde ha caído al suelo la cromolitografía de Jesús,  estremece más cuando se sabe que enfocó  una prisión después del motín.

Una relación íntima se establece entre el fotógrafo y sus protagonistas, cual sea su proporción y tamaño, aun cuando, anónimos, se reducen a siluetas. Se hace más patente en las tomas urbanas, del Sao Paulo de décadas pasadas particularmente, abundando contextos y situaciones donde el espacio juega un rol esencial –¡la “geometría sensible” es una expresión brasileña¡–: así de Germán Lorca, el hombre con paragua o el “extraterrestre” pabellón de Ibirapuera. ¿Y qué decir de los convidados de piedra de Carlos Moreira, y un hombre de espaldas, infundiendo un sentimiento de eternidad?

Cada foto de las 76, cada artista de los 25, generaría su comentario, pero el espacio del artículo no nos lo permite, y una exposición de esa generosidad y magnitud solo se aprecia si construimos “nuestra” mirada.

 Diógenes Moura, en un texto sobre el retrato, interrogó a la fotografía: la respuesta y la cita están en el Centro León hasta mediados de julio.

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