Creación
La pintura colombiana se destaca

Creación<BR>La pintura colombiana se destaca

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Hemos observado cómo la exposición sigue la evolución de la pintura nacional y refleja una identidad singularmente abierta. El arte colombiano mantiene un interés mayor por sus maestros y por otros en vía de consagración, pero, al mismo tiempo, apoya al fenómeno generacional de los nuevos y sus expresiones de avanzada, ¡muy abundantes! Una de las grandes virtudes de esta muestra es que, proviniendo de una colección institucional privada, traduce el dinamismo del país en la categoría  de pintura y sus múltiples lenguajes, sin ánimo de ruptura, ni de salto al vacío.

Las adquisiciones, permanentes y bien llevadas, suelen favorecer no solo a  artistas consagrados, sino también a talentos pronto confirmados y cuya obra amerita sobrada atención. Aquí, la visita guiada es la que contribuye mejor a una contemplación individualizada de cada cuadro y una entrada a la producción e investigación –conjunta– de sus autores.

Un ensayista, colombiano por cierto, expresaba que “decir moderno, contemporáneo, posmoderno, minimalista, conceptual o etnográfico”, no pasaba de ser “etiquetas que se aplican sin ningún resultado aclaratorio para el público local”. Si el autor no deja de tener parcialmente razón, la pintura, aquí presentada, se diferencia por esos múltiples lenguajes y más…, una pluralidad excepcional en el arte latinoamericano. No hay otra alternativa que la de comprobar su vitalidad polifacética.

 Esa misma riqueza, evidente aun en parte de la colección, permite solamente una aproximación global.

De connotados a confirmados. El deleite del visitante continúa luego de la fruición de las más ilustres figuras de la pintura colombiana, con el paroxismo del dibujo suntuoso de Luis Caballero, lucha  entre el amor y la muerte;  el paisaje de Antonio Barrera, cargado de poesía y de misterio; los sorprendentes escenarios y protagonistas de Álvaro Barrios –con su onirismo y apropiación gráfica– , y, más adelante, el realismo fantástico e inquietante de Jorge Julián Aristizábal… Y por supuesto, la iconografía de Juan Camilo Uribe y su collage de imágenes populares religiosas –un acontecimiento en los 70–, confirman la estética, el concepto y la crítica, como valores de la identidad nacional.

La simbiosis entre abstracción y figuración es otra característica. Ethel Gilmour inserta en un ambiente hormigueante de ritmos, finísimos (casi) signos de flores, aves y “La danza” de Matisse, ¡un juego pictórico!, mientras Germán Londoño  no rehúye lo desagradable en su seudo-personaje, extraño y fascinante, y  un impresionante lienzo de Fredy Serna propone la lectura abierta de una “selva” urbana.

Ahora bien, la abstracción pura, geométrica a menudo o expresionista, encabezada por Guillermo Wiedemann,  siguió vigorosa y está presente, ¡aunque hace falta aquí Fanny Sanín! El lirismo, intervenido por signos, de Luis Luna, es esplendor cromático, mientras Carlos Salas dispone planos y colores en una suerte de arqueología urbana, y por contraste, un cuadro sobresaliente de Mauricio Carmona extiende su tabla de cemento gris, horadada por una mesa a líneas: de nuevo, una obra abierta que enjuicia la ciudad.

No podríamos cerrar esta muy parcial reseña crítica, sin mencionar la excelente serie de imágenes arquitectónicas del Grupo Utopía, cuyos integrantes, con referencias plurales, aunan una técnica perfecta, una volubilidad admirable y una mirada crítica. La exposición “Cuatro décadas de la colección suramericana” debe visitarse una y otra vez para disfrutarse plenamente: después de este despliegue apasionante de la pintura, ojalá Seguros Sura y el Centro León  ofrezcan la oportunidad de mirar las maravillas de la escultura colombiana…

ZOOM

Muestra

En el Centro Cultural del BID, Arte Colombiano. Proviniendo de los fondos de la colección del Banco Interamericano de Desarrollo, se presenta actualmente en Washington la importante exposición, histórica y antológica, “Colombia – lo real maravilloso”. Su curador, el artista y arquitecto Félix Ángel, subraya aquella extrema riqueza creativa como “real-maravillosa”: “Observando el trabajo de muchos artistas, escritores e intelectuales de Colombia, se puede apreciar la certeza de tal afirmación”. Ese valioso patrimonio institucional se difunde digitalmente por Google Art Project.

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