Honor y reto para la República Dominicana, el Primer  Festival Cultural ACP, organizado por el Secretariado de Países ACP,  con apoyo financiero de la  Unión Europea y de la Secretaría de Cultura –hoy Ministerio-, congregó a 79 países de África, del Caribe y del Pacífico, entre el 14 y el 21 de octubre 2006, siendo la mayor manifestación de arte y cultura jamás celebrada en Santo Domingo.  

Se incluían danza, música, cine, moda, diseño, artesanía, encuentros profesionales y artísticos, y artes visuales contemporáneas. En la programación del Festival, la parte visual cobró una particular importancia, ya que esa rama de la creación se caracteriza por una identidad preservada, aun dentro de las tendencias más actuales. Las artes plásticas y gráficas tuvieron por sede el Museo de Arte Moderno.

Cabe señalar que talleres, conferencias, diálogos y encuentros profesionales nutrieron los intercambios individuales y colectivos. Tres grandes exposiciones se presentaron, con sus espacios respectivos, en el flamante edificio de la Plaza de la Cultura.

Arte de África.  Pudimos comprobar que el arte contemporáneo africano es complejo, abierto e inconfundible. De ninguna manera reproduce las prácticas y modelos ancestrales aunque esa identidad está presente, y es uno de sus grandes atractivos.

Debemos recordar que los artistas africanos no descartan la tecnología y la imagen digital cuando la necesitan para fortalecer el impacto de la obra. Relegarlos en la tradición secular y el anonimato se inscribe entre los prejuicios occidentales que son más frecuentes.

Las artes plásticas y la fotografía africanas resaltaron por su fuerza y su poética de la identidad, con obras de muy alto nivel y originalidad, seleccionadas de la Bienal de Dakar y de la Bienal de Fotografía de Bamako. Las obras presentadas reflejaron la pujanza del arte contemporáneo africano, aliando en la creación plástica, la contemporaneidad a los rasgos seculares.

Instalaciones espectaculares, esculturas, pinturas, dibujos y fotografías representaron a siete países africanos, con 11 autores. Ocho artistas emprendieron un largo viaje y estuvieron presentes, narrando sus vivencias e historias respectivas, testimoniando que allí no hay antagonismo entre arte y artesanía, entre manufactura artesanal y artista creador con nombre y renombre, entre tradición etno-antropológica y aporte tecnológico.

Arte del Caribe y de la República Dominicana.  Unos 20 artistas de naciones del Caribe, todos anglófonos con excepción de Surinam  y Haití, participaron en esta exposición. Varios habían expuesto en ediciones de la

 Bienal del Caribe y en Carifesta IX – celebrado en Trinidad & Tobago -, y estarán en la Primera Trienal Internacional del Caribe, a celebrarse en septiembre próximo.

Se presentaron mayoritariamente pinturas, dibujos, esculturas, instalaciones, pero igualmente fotografías y videos, una categoría en rápido ascenso dentro de la región. Una exposición de 13 fotógrafos del Caribe anglófono, enviada desde Trinidad & Tobago, demostró el avance incontenible de la imagen digital.

En la creación contemporánea, mitologías personales y colectivas, mitos viejos y nuevos, van tornándose una presencia constante, dotada de infinitas variaciones temáticas y estilísticas, con la fantasía más desbocada o controlada… De cuatro a cinco generaciones activas interpretan  las  tradiciones rurales y urbanas.

Una muestra de artistas dominicanos contemporáneos fue la única exposición colectiva nacional, excepción aceptada por ser anfitriona la República Dominicana. Veinte artistas dominicanos, jóvenes o en su joven madurez, se seleccionaron, dando lugar a una armoniosa convivencia de estilos e investigaciones.

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El Catálogo

Realizado por el Secretariado del Grupo de Estados ACP. Financiado por la Unión Europea. Portada: instalación de Tony Capellán. Fotografías: Mariano Hernández. Diseño: Fued Yamil Koussa. 132 páginas. Impresión: Tigrebleu

Conclusiones

Para coordinar, recibir, montar estas exposiciones, se hicieron esfuerzos extraordinarios, entre le personal de la institución, colaboradores externos y los mismos artistas. Bien merece el Museo de Arte Moderno cálidas felicitaciones.  Asumir una representación de las artes visuales de tres continentes, constituyó una experiencia inolvidable.