Crean fundación para asistir a repatriados

Crean fundación para asistir a repatriados

POR LEONORA RAMIREZ
Quieren salir de la encerrona social; quitar de su piel, de los registros bancarios, de la mentalidad del policía que los ve con sospecha cuando realiza una redada, el estigma de “deportado” que los sella como personas de gran peligrosidad.

Con René Vicioso al mando, y la asistencia de las Hermanas de San Carlos Scalabrinianas, alrededor de 20 dominicanos expatriados por haber cometido delitos en Estados Unidos, crearon la Fundación Bienvenid@ Seas, con la finalidad de asistir a quienes una mala acción los devuelve a su tierra natal en condiciones desalentadoras.

La entidad, creada en mayo del 2005, ya elaboró un proyecto de reinserción social para los deportados, a través de la Cooperativa del Centro de Capacitación y Producción Comunal Bienvenido Seas.

Aún está en papeles la iniciativa, pero mientras llegan los patrocinios, Vicioso sigue ensanchando la esperanza de que mediante talleres artesanales, que operarían como microempresas, los repatriados tengan una alternativa para subsistir.

Sus expectativas son ilimitadas, aunque sabe el terreno que pisa; los 17 años que permaneció en prisión por conspiración, un delito relacionado con el tráfico de drogas, no borraron de su mente las complejidades de la sociedad dominicana.

En ese sentido, expresó que tanto Pérez Sánchez como el Procurador Francisco Domínguez Brito, han declarado que no todos los deportados cometen delitos, “aunque claro que hay algunos que vuelven a caer, eso es innegable, pero la mayoría esta tratando de reinsertarse”.

Al ponerse como ejemplo dice que no rehuye del crimen que cometió, “ahora, qué soy yo después del 13 de marzo del 2004, cuando regresé: un ser preocupado por los deportados que vienen, porque entre estos hay gente cuyo única infracción fue haberse dado una borrachera”.

De paso detalla el racismo de algunos jueces norteamericanos respecto a los negros y los latinos. “En el caso en que estuve involucrado había tres norteamericanos, con mayor responsabilidad que yo, y sin embargo sólo los condenaron a tres años de prisión”.

OTROS PROYECTOS

Las metas por conseguir no se quedan en la Cooperativa, pues también desean ayudar a las autoridades a enfrentar el crimen, impartiendo charlas en los barrios y en las escuelas sobre los peligros del mundo delincuencial.

Para tal propósito han conversado con el coronel Burgos, encargado de la Unidad Antipandillas de la Policía, a quien le han explicado que es muy diferente que un psicólogo, “que tiene todos los conocimientos sobre comportamiento”, trate de prevenir la delincuencia, a que lo haga alguien que perteneció a una banda y ya sabe que esa vida no es correcta.

 “Nosotros podemos ser parte de la solución de los problemas de criminalidad, ahora, úsennos, pero seriamente. Es verdad que en un momento fuimos parte del problema, lo reconocemos, pero ahora estamos tratando de ayudar a nuestro país y tenemos la necesidad de que la sociedad nos acepte”.

Vicioso resaltó también un elemento poco conocido por el dominicano que teme la cercanía de un expatriado: el drama humano que hay detrás de cada ficha personal.

Lo primero es el desarraigo familiar y social, luego la desconfianza que sienten a su alrededor, y después la incertidumbre.

Pero la tragedia que más se repite, de acuerdo con Vicioso, es la del joven que partió del país a la edad de un año, que habla muy poco español y que tiene escasos familiares.

No importa cuál sea la tribulación detrás de cada nombre, porque al llegar el sentimiento común es, según él, el miedo.

LA DURA REALIDAD EN RD

Un deportado que desee instalar un negocio tiene la mayoría de los caminos cerrados cuando busca financiamiento bancario.

Cuando revisan su nombre en el Centro de Información Crediticia Latinoamericano (CICLA) aparece el adjetivo amargo: “deportado”.

“No” es la respuesta inminente. “Yo reúno todos los requisitos para un financiamiento, porque tengo un negocio, pero me lo niegan, como también el acceso a una tarjeta de crédito.

“Eso debe cambiar, sabemos que no será de la noche a la mañana, pero tampoco deben encerrarnos en un callejón sin salida”.

Vicioso refirió el caso de repatriados que han conseguido trabajo en hoteles porque dominan el inglés, pero los pierden por no obtener a tiempo el papel de buena conducta que debe entregarles la Policía.

LA HERMANDAD QUE LOS APOYA (NOTA COMPLEMENTARIA)

La Fundación Bienveni@ Seas tiene desde hace cuatro meses el soporte de las Hermanas Misioneras de San Carlos Scalabrinianas, que forman parte de la Pastoral de la Movilidad Humana.

Esa entidad católica, junto con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, respalda las actividades de la misma, coopera con la definición de sus proyectos, y sobre todo acompaña a sus miembros en el aspecto humanitario.

El apoyo material, distribuido a través de esa congregación religiosa, proviene de una entidad que agrupa a iglesias católicas de Estados que están preocupadas por la suerte de los dominicanos deportados.

La Fundación no surgió de buenas a primeras. Antes de ser deportado, Vicioso sabía de los inconvenientes que pasaban los repatriados, y como si todo ocurriese a su favor, conoció a Martha Rodríguez, quien dirige el proyecto “De Nuevo a tu Tierra, Bienvenido Seas”.

Esa entidad ha dado asistencia, desde septiembre del 2004 hasta julio del 2005, a 1,212 repatriados.

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