Crean nuevo modelo de capacitación magisterial

Crean nuevo modelo de capacitación magisterial

POR MARIEN ARISTY CAPITAN
Setenta mil niños que estudian en escuelas ubicadas en zonas marginales de Santiago, La Vega, Moca y Santo Domingo han mejorado sus competencias en lectura y escritura gracias a la formación que recibieron sus profesores en el Centro de Excelencia para la Capacitación de Maestros (CETT, por sus siglas en inglés).

La creación de este centro, que comenzó a operar en   Santiago en el 2002, forma parte de un proyecto que desarrolla la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) con otras universidades de Honduras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala y México.

“La estrategia del CETT es el desarrollo de un modelo regional de capacitación para mejorar las competencias profesionales en la enseñanza de la lectura y la escritura de docentes que trabajan en el área urbana marginal, rural y con poblaciones étnicas”, explicó la directora del CETT local, Liliana Montenegro.

Una de las cosas más importantes que les enseñan a los docentes, apuntó Montenegro en una presentación en la que ofrece  los detalles de la entidad, es que sean capaces de ofrecer a sus estudiantes estímulos escritos interesantes que les lleven a usar niveles intelectuales superiores, no solo a la memorización.

El trabajo que desarrollan es muy puntual puesto que va dirigido solo a profesores y estudiantes de los primeros cuatro grados de la educación básica, que es una de las etapas en el desarrollo de los niños.

En los cuatro años que lleva el proyecto, que cuenta con el auspicio de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), han capacitado a 1,759 docentes.

También se han producido 25 guías de lecto-escritura que le sirven a los docentes como herramientas prácticas para poder organizar su tiempo, secuenciar los contenidos y saber cómo obtener materiales de bajo costo que se encuentran en su propia comunidad.

Un buen ejemplo de ello es que motivan la lectura y la escritura con el uso de cuentos, periódicos, calendarios y hasta envases de diversos productos que tengan etiquetas.

La innovación en las aulas, puntualizó Montenegro, ha servido para que aumente la motivación de los niños puesto que les gusta trabajar con los materiales que pueden encontrar en su entorno.

Aunque aún deben comprobar estadísticamente los avances conceptuales y didácticos de los docentes, Montenegro manifiesta que como parte de la próxima fase del proyecto llevarán a cabo un procesos de investigación-acción en las aulas con un grupo de 15 docentes por grado. De esta manera, además, documentarán sus experiencias y verán cuáles son sus  fortalezas y  las debilidades.

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