Cuenta cómo se enamoró de lo “ecoamigable” y la nutrición saludable, y cómo esta pasión se convirtió en fuente de ingreso
Una vez que cursó, hace veinte años, la asignatura de Ciencia Ambiental dentro del pensum de la carrera de Medicina, la vida de la dominicana Paola Tineo no volvió a ser la misma.
Descubrir los principales problemas ambientales causados por los seres humanos y cómo sus propias acciones impactaban el ecosistema, según deducción del “test de la huella ecológica”, resultó para esta hoy ambientalista un despertar.
“Fue así, como en un cerrar y abrir de ojos, que mi forma de ver la vida cambió. De ahí me perdí por completo en la pasión de crear conciencia ambiental” confesó a “Rostros” esta destacada “influencer” conocida por sus seguidores por su encomiable estilo de vida “ecoamigable”.
El planeta necesitaba de amigos especiales, de esto Paola estaba convencida, por lo que decidió ir mucho más allá rompiendo limitaciones. Paola se trazó el propósito de crear un grupo ecológico junto a compañeros de la universidad, de introducir a la vida ecoamigable a sus familiares, impartir charlas y compartir consejos en las redes sociales.
Zero. Su proyecto más ambicioso fue emprender “Zero by Ecopaolatineo”, un lugar que ella define como “eco-rincón, pues definitivamente es un rincón de 11 metros cuadrados ubicado en el centro comercial Galería 360” que surgió para motivar la reducción de residuos sólidos, principalmente plásticos, y para facilitar la adquisición de productos saludables y de bajo impacto ambiental.
El sueño de crear Zero se inició para Paola a raíz de que ella y su esposo (el dominicano stand up comedy Carlos Sánchez) “comprábamos productos orgánicos en distintos lugares dentro y hasta fuera del país, para poder llevar la vida ecoamigable que tenemos”, razón que la animó a que el 11 de noviembre de 2019 inaugurara este local, luego de conocer cómo funcionaban en el exterior tiendas amigables con el medio ambiente.
La propuesta de su catálogo en Zero es muy creativa, abarcando productos para el cuidado personal, limpieza del hogar y comestibles. De ahí que aquí se pueden adquirir rubros como cepillos de dientes de bambú, cubiertos y platos de bambú, pañales de tela, toallas sanitarias de tela, copa menstrual, todo lo alternativo al plástico u otros materiales dañinos, dando respuesta a aquellos que desean adentrarse al estilo de vida ecoamigable.
Y si esta historia ya comenzó a motivar algo dentro de ti para seguir este camino “eco” y desconoces qué hacer con todo el plástico que tienes en casa, Paola explica que existen en la ciudad varios centros de acopio que reciben este material u otros residuos para ser reciclados. “Aunque el reciclaje es una muy buena iniciativa, el norte debe ser reducir el uso de materiales de desecho, para que al final tengamos menos plásticos del que deshacernos”.
Desafíos. Esta apasionada por el medio ambiente tenía como objetivo que quienes les visitaran comprendieran la esencia y filosofía de Zero, que va mucho más allá de la adquisición de productos orgánicos y el reciclaje. Es todo un estilo de vida que desemboca en Zero desperdicios en la vida cotidiana, como la no impresión de facturas, son enviadas por correo; no uso de fundas plásticas para llevar los productos, y venta solo de envases de cristal, metal o tela.
Los inicios son difíciles, pero la pasión hace posible seguir adelante con el proyecto. Paola confiesa que fueron muchos los obstáculos, destacando entre estos que no existían en el país modelos de negocios ecoamigables como referencia, no había suplidores locales que utilizaran ingredientes naturales en sus productos y de que se pudiera reducir la huella de carbono (evitando importación), como llegar a un acuerdo con estos para que suplieran sin empaque y a granel, en contenedores grandes.
Las piezas del rompecabezas fueron encontrando su lugar dando el éxito esperado a la tienda donde además comenta Paola que “Hemos sido casa de muchos emprendimientos locales, y eso nos ha llenado de felicidad”.
Un huerto en casa. Como consecuencia de no encontrar los productos orgánicos que deseaban, surgió la idea de ser auto-sostenible creando un huerto en casa, desde donde orgullosa comparte con sus seguidores frutos como aguacate, mango, plátano, guineos, yautía blanca, batata, tomates, albahaca, romero, estragón y berenjena. Este espacio es muy amado hasta por sus pequeños hijos Sophie, de 9 años y Jean-Luc, de 6 años.
Vida. Este ser de corazón verde es capitaleña. Nació el 17 de agosto de 1979. Hija de Miguel Tineo (dominicano) y Magdalena Narváez (ecuatorina), ambos economistas ya retirados, tiene un hermano mayor llamado Gabriel. Con su familia tiene una relación armónica y muy unida.
De su infancia recuerda con especial cariño las obras teatrales que inventaba con sus primas en las reuniones familiares. Reconoce que era tranquila, un poco tímida, pero a la vez curiosa y medio aventurera, “tengo varias cicatrices que se han quedado de testigo” -ríe-.
Si bien “puedo sonar medio vieja, amo los cantautores Jorge Drexler, Joaquín Sabina y Pedro Guerra” y admira como figura social a Jane Goodall.
Le apasiona vivir el día a día y más a raíz de su condición de salud, ya que padece de lupus eritematoso sistémico.
Le gusta escalar y viajar al interior a acampar. Su destino favorito del país es EcoBatey, en Rancho Arriba, San José de Ocoa, y le encantaría cumplir con su sueño de visitar África.
Aunque admite que “el chef de la casa es mi amado marido” le gusta la cocina y es dada a preparar, como es de esperarse, comida saludable a sus pequeños.
Eco-mamá y eco-esposa. Debajo de un hermoso árbol, a plena 12:00 del mediodía, Paola contrajo nupcias con Carlos, un 27 de abril. 12 años después asegura “tenemos 12 maravillosos años de casados”.
¿Cómo se conocieron? “Fue cuando estábamos en octavo de primaria. Él estudiaba en el colegio Loyola, yo en el colegio Babeque, pero las promociones se juntaban. En uno de esos encuentros nos convertimos en excelentes amigos, paño de lágrimas, hasta que los sentimientos de mejores amigos pasaron a otro tipo de cariño”.
Como anécdota cuenta que cuando fue a darle la noticia de su noviazgo con Carlos a su padre, don Miguel, este le soltó: “¡no me sorprende, son iguales!” –ríe-. Y sí “somos tan parecidos y gracias a eso no hemos tenido problemas de cómo llevar nuestro hogar y de guiar a los ecopequeños de la casa”.
Cuando tocó el turno de describir a sus niños, sus facciones mostraron su orgullo por ellos. De Sophie dijo que es un espíritu libre, guerrera, alegre, de corazón noble “si por ella fuera rescatara a todos los perros de la calle, ¡ah! y sobre todo tiene un corazón súper eco”.
Mientras que de Jean-Luc expresó que “es lo más dulce de la faz de la tierra. Muy dado a los abrazos. Es un payaso de primera, con perfectas posibilidades de seguir el trayecto de su padre”.
En conclusión, Paola es un talento dominicano cuyo estilo de vida a favor del medio ambiente ha ganado los corazones de miles de personas, quienes la siguen en las redes.
Un cambio por RD
l .Como ambientalista y dominicana, Paola valora y disfruta de las áreas protegidas del país, principalmente las ubicadas en zonas montañosas. Entiende que para poder salvaguardar el ecosistema los dominicanos deben migrar a una vida ecoamigable y que todos los modelos de negocio, de todo tipo de empresa, trabajen bajo la filosofía zero waste.
- La empresa Zero también fue ideada como un espacio para apoyar a empredimientos locales, lo que luego de tiempo de investigación, probación de productos y más, ha sido un éxito en este sentido.
- El local tiene servicio a domicilio con movilidad sostenible, su delivery se hace en moto électrica.