Es inexorable y nadie lo podrá cambiar: como cada año, con junio se inicia la temporada ciclónica. Con ella, también se anuncia una serie de nombres femeninos y masculinos que identifica los posibles fenómenos climatológicos, desde la tormenta al ciclón.
Creemos que los organismos encargados de velar por la seguridad de la población, iniciando por la oficina de meteorología, deben contribuir a crear una cultura meteorológica, una cultura que se inicie con la distribución de un mapa donde figuren esos nombres, con latitudes y longitudes, para que la ciudadanía y la juventud en particular puedan seguir el trayecto y el desarrollo de los fenómenos atmosféricos, desde su formación, al oeste de África hasta su destino final, en aguas o en tierra. Conjuntamente con ese ejercicio, en todos los centros de formación, escolar o universitario, se debe hablar de la temporada y sus riesgos, también en los medios de comunicación, escritos y visuales, deben publicar las fotos satelitales que acostumbra a la ciudadanía a seguir la progresión del fenómeno diariamente.
Además, después de leer el parte meteorológico de la oficina de Miami, prácticamente ininteligible para el pueblo, se debe proceder a una decodificación-relectura, utilizando expresiones más sencillas que se hagan inteligibles para el común de los mortales: la intencionalidad social es hacer entendible el mensaje científico a la población, para que pueda comprender lo que va a pasar y poder socializar con los vecinos y actuar para ser co-participe de su protección con sus organizaciones comunitarias.
En educación popular, existe una estrecha relación entre educación y organización, es decir que una buena comprensión del mensaje de meteorología debe permitir a las organizaciones comunitarias retroalimentarse para prevenir las situaciones posibles, planificar, actuar, organizarse y evitar así ser víctimas inconscientes de los fenómenos naturales y sus impactos. Hay que transformar las poblaciones vulnerables en sujeto de su propia salvaguarda, actuando con tiempo.
Hay que esperar que los valores de la técnica comunicativa con la organización social, hayan creado hombres y mujeres activos que sepan actuar e involucrarse mejor en su defensa frente a la Naturaleza.