Crece la economía y sube la entrada de divisas

Crece la economía y sube la entrada de divisas

La economía dominicana despidió el 2016 con calificación sobresaliente. Es la conclusión a que se llega después de revisar los resultados macro-económicos entregados por el Gobernador del Banco Central el pasado jueves.
Uno, el PIB creció 6.6%, el segundo ritmo más rápido en cinco años. Validó su condición de líder entre los países de América Latina y el Caribe por tercer año seguido.
Dos, el crecimiento se produjo en un contexto cargado de incertidumbre, y como consecuencia, la Región decreció 0.7%, las avanzadas aumentaron solo 1.6% y 4.1% las economías emergentes.
Tres, los resultados nos dicen que con política adecuada y oportuna, nuestra economía sabe combinar capital y recursos humanos para crear riqueza. Por ejemplo la de octubre, cuando por prevención, para garantizar inflación baja y estable, las autoridades monetarias aumentaron en 50 puntos básicos la tasa de política monetaria. La inflación cerró en 1.7%, por debajo del 3%, rango inferior de la meta.
Cuatro, el gran fallo sigue siendo la pésima distribución de la riqueza que se genera. El gobierno debe comprender que es peligrosamente desestabilizador el modelo concentrador en el capital que ha seguido. Que debe modificarlo, aumentando el salario, pero ya, para que el trabajador comience a recuperar la participación relativa que ha perdido en el reparto del pastel.
Cinco, lo mismo digo sobre las reformas (pactos eléctricos y fiscal) que se postergan sin fecha fija, a pesar de la urgencia de los tiempos inciertos que vivimos, responsables del Brexit, el sube y baja del petróleo y del proteccionismo destructor de Trump.
Quien, y probablemente sin tener consciencia del alcance universal de lo que hace, imita la política de Herbert Hoove. La historia recoge que con su Tariff Act fue responsable del origen y desarrollo de la Gran Depresión. En 1930 aplicó aranceles a Canadá y México, lo que correctamente Keynes llamo “política para empobrecer al vecino”. Y fue el comienzo.
Seis, en cuanto a la brecha externa, haciendo cálculos se tiene que, respecto al PIB, se redujo de 11.35% en 2015 a 10.76% en 2016. La mejora se debió al mayor aumento (3.5%) de las exportaciones respecto al (3.1%) del gasto en importación de bienes, posibilitando el mayor influjo de divisas del exterior, aumentó a US$24,300 millones.
Debe decirse que diferente a la experiencia Latinoamericana, de aprovechar las divisas adicionales para acelerar el crédito bancario destinado a financiar un mayor gasto, en nuestro caso lo evitó la política monetaria. Interanual, la cartera de crédito del sector financiero creció 11.2%, por debajo del 14.7% promedio de los tres años anteriores.
Siete, de haberse nadado con la corriente, en lugar de reducción, tendríamos empeoramiento del déficit de cuenta corriente. Además, pérdidas de reservas internacionales netas, en vez de ganancia, y mayor depreciación de la tasa de cambio respecto a lo esperado.
Como el nado fue diferente, las estadísticas entregadas nos dicen que otra fue la realidad. El déficit en la cuenta corriente se redujo a 1.5% del PIB, en diez años la menor brecha. Las reservas internacionales netas aumentaron en US$851.6 millones, y la tasa promedio del dólar cerró en RD$46.68, por debajo de RD$47.21 consignado en el programa monetario y presupuesto del Gobierno para el 2016.

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