Hoy 
POR DIEGO PESQUEIRA
El nuncio apostólico Timothy Broglio, el consultor jurídico del Poder Ejecutivo, César Pina Toribio, y el fiscal del Distrito, José Manuel Hernández Peguero, se mostraron ayer contrarios a los sectores que plantean la instauración de la cadena perpetua y la pena de muerte como forma de contrarrestar el auge de la delincuencia en el país.
Todos coinciden en que la realidad del país no amerita la instauración de esas sanciones. Sobre el tema, Broglio, favoreció que se trabaje en el fortalecimiento de la familia como núcleo.
Sostuvo que se ha demostrado que en los países en que se aplica la cadena perpetua y la pena de muerte no se han resuelto los problemas de criminalidad y violencia.
No es la mejor salida para enfrentar la delincuencia. En países en que se aplica la cadena perpetua no se han solucionados problemas de criminalidad, apuntó.
Mientras que Pina Toribio justificó su posición en que los niveles de criminalidad que vive el país no han llegado a niveles incontrolables y que incluso se encuentra por debajo de otras naciones.
A su juicio la cadena perpetua y la pena de muerte se implementan en situaciones extremas.
Aseguró que desde el Gobierno se ha lanzado una fuerte ofensiva que busca prevenir y reducir a su mínima expresión los hechos delictivos.
En tanto el fiscal del Distrito, Hernández Peguero, también se opuso a que sea aplicada la cadena perpetua, tras afirmar que el país no está preparado para esa sanción.
Favoreció que se siga usando la actual pena máxima que es de 30 años.
Desde el Ministerio Público, la Policía y el propio gobierno se implementan grandes esfuerzos para erradicar la delincuencia y la criminalidad, precisó.
A favor de la cadena perpetua se han pronunciado el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez y el presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio.
López Rodríguez entiende que en los casos que conmueven a la sociedad se deben imponer sanciones drásticas y ejemplares, se quejó porque los delincuentes obtienen su libertad con cierta facilidad, sin importar la gravedad de los crímenes y delitos que hayan cometido.
En tanto De la Rosa y Carpio se ha mostrado también partidario del establecimiento de la cadena perpetua contra aquellas personas que cometan crímenes o actos delictivos graves, asegurando que esto podría disuadir a muchos a no repetir los mismos crímenes.
