Crece malestar ejército israelí luego de guerra

Crece malestar ejército israelí luego de guerra

JERUSALEN (AP) _ Una de las víctimas de los combates entre Israel y Jezbolá fue la férrea unidad que tradicionalmente muestran los israelíes en tiempos de guerra y abundan las críticas del manejo político de la situación y del desempeño de las fuerzas armadas. 

Los medios de prensa se hacen eco del furor que causó la decisión del jefe del ejército, teniente general Dan Halutz, de vender sus acciones horas antes de lanzar la operación militar más grande que monta Israel desde la invasión del Líbano de 1982.

Numerosos sectores piden la creación de una comisión para investigar cómo se manejó la situación y es palpable el malestar con los líderes del país y con el cese al fuego acordado el lunes.

La ofensiva contra Jezbolá fue considerada justificada y unió a la resquebrajada sociedad israelí, pues Jezbolá es un grupo que aboga abiertamente por el exterminio de Israel, que ha erigido un estado dentro un estado en el Líbano y que era vista como una amenaza tras ampliar su arsenal en tiempos recientes. Esa unidad, no obstante, se desmoronó cuando el ejército israelí, un orgullo nacional, se retiró sin haber liquidado a Jezbolá ni rescatado a los dos soldados cuya captura desató la intervención.

   El primer ministro Ehud Olmert y el ministro de defensa Amir Peretz llevaban apenas dos meses en el poder al estallar el conflicto y encuestas publicadas por los dos principales diarios en hebreo coinciden el miércoles en que su gestión no es bien vista por la mayoría de la población.

   Solo el 40% de las 500 personas consultadas por TNS-Teleseker apoyó a Olmert, comparado con el índice de aprobación del 78% que el primer ministro llegó a tener en las dos primeras semanas del conflicto.

   Y según el Instituto de Investigaciones Dahaf, el 57% de los consultados en su encuesta pidió la renuncia de Olmert.

   Dos tercios de los encuestados en ambas consultas pidieron que se investigase el manejo del conflicto.

   Según el acuerdo mediado por las Naciones Unidas, Israel se retirará del sur del Líbano, que pasará a ser patrullado por 15.000 soldados libaneses y otros tantos de la ONU. Numerosos sectores opinan que esas fuerzas no lograrán mantener a raya a Jezbolá en esa zona.

   También se cuestiona la decisión de Halutz de apelar casi exclusivamente a bombardeos aéreos en la primera fase del conflicto. Hay además quienes critican la ofensiva por tierra en gran escala que se lanzó cuando se vislumbraba un acuerdo de cese al fuego. Más de 30 soldados israelíes murieron en esa ofensiva, lanzada luego de que el Consejo de Seguridad llegase a un acuerdo en torno a una resolución.

   El gobierno sostuvo que era importante lanzar esa ofensiva para debilitar más todavía a Jezbolá antes de que se acordase un cese al fuego.

   La mitad de los participantes en las encuestas se mostraron insatisfechos con el desempeño de Halutz.

   Pero lo que más malestar causó fue el hecho de que vendiese acciones por valor de unos 28.000 dólares tres horas antes de que Jezbolá lanzase la incursión a territorio israelí que desencadenó los combates.

   Halutz justificó su decisión y dijo que hizo lo que haría cualquier persona para proteger sus bienes.

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