Crece polémica por blindaje de soldados Irak

Crece polémica por blindaje de soldados Irak

WASHINGTON (EFE).- La polémica sobre el blindaje de los vehículos estadounidenses en Irak ha resucitado las críticas al Gobierno por cómo planeó la guerra y la ocupación, que habían quedado acalladas tras la victoria electoral de George W. Bush. El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, indicó hoy que Bush se plantea pedir al Congreso una nueva partida extraordinaria de fondos que se destinaría al equipamiento de las tropas en Irak.

   «Seguimos hablando con el Departamento de Defensa acerca de cómo avanzar para una partida extraordinaria el año próximo que garantice que nuestras tropas tienen todos los recursos y el equipo que necesitan para su trabajo», indicó McClellan.

   Estas declaraciones coinciden con la intensificación de las críticas al Gobierno después de que un soldado se quejara públicamente el miércoles en Kuwait al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, de la falta de blindaje adecuado para los vehículos militares en Irak.

   En una carta al presidente, el congresista Ike Skelton, demócrata de mayor rango en el comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, aseguró hoy que los fabricantes de blindaje no han llegado al máximo de su capacidad de producción, «por lo que se nos hace difícil de entender el por qué del retraso» a la hora de reforzar los vehículos en Irak.

   «Le insto a que recomiende al Departamento de Defensa que aumente inmediatamente la producción de estos vehículos y equipos blindados hasta alcanzar el máximo de capacidad», indicó Skelton.

   Según las cifras dadas a conocer por el Congreso, la mayor parte de los camiones y vehículos de transporte militares que circulan por Irak carecen de blindaje.

   Tan sólo el 10 por ciento de los 4.814 vehículos de transporte medianos y el 15 por ciento de los 4.314 camiones pesados cuentan con esa protección.

   Salen mejor parados los «Humvee», vehículos ligeros empleados sobre todo en patrullas, ya que tres cuartas partes de los 19.854 desplegados en Irak, Afganistán y Kuwait sí están blindados, bien de fábrica o bien «a posteriori».

   Pero los mandos militares sobre el terreno en Irak indican que necesitan al menos 8.105 «Humvees» blindados de fábrica -considerados los más fiables- y el Pentágono sólo ha recibido 5.910, según los datos oficiales.

   El comandante de las fuerzas de tierra de EEUU en Oriente Medio, el general Steven Whitcomb, ha prometido dotar de vehículos blindados a todos los soldados que se desplacen a Irak.

   «Tengo metal suficiente, tengo personal suficiente y tengo tiempo suficiente para cumplir un calendario que se asegure de que ninguna unidad de combate va a Irak en vehículos que no están blindados», indicó Whitcomb en una vídeo conferencia desde Kuwait.

   Ante la pregunta del soldado Thomas Jerry Wilson, que el miércoles, en una alocución del secretario de Defensa a las tropas en Kuwait se quejó de que los militares tenían que rebuscar entre la chatarra para reforzar ellos mismos sus vehículos, Rumsfeld contestó que el Pentágono trabaja tan rápido como puede para proporcionar vehículos blindados a sus tropas.

   Sin embargo, añadió que la fabricación es «un problema de física, no de dinero», y matizó que «uno combate con el ejército que tiene, no el que le gustaría tener».

   La pregunta, que fue acogida con aplausos entre la tropa, ha generado una cierta polémica al revelarse que el periodista Edward Lee Pitts, del periódico «Chatanooga Free Press Times», se había puesto de acuerdo con Wilson para que el soldado la formulase.

   Pitts es uno de los reporteros «empotrados» entre los militares de EEUU en Irak y Kuwait, y se puso de acuerdo con Wilson tras conocer que no se iban a permitir preguntas de los periodistas en el acto.

   Sin embargo, el propio Bush se ha visto obligado a intervenir ante las críticas y ha asegurado que se hará todo lo posible por dotar a los soldados de los equipos que necesiten.

   Las quejas de los soldados tienen como base la continua violencia en Irak, que se ha cobrado las vidas de más de mil soldados estadounidenses en combate.

   Los grupos rebeldes aprovechan la falta de blindaje de los convoyes estadounidenses y atacan las líneas de aprovisionamiento con bombas colocadas junto a las carreteras que penetran con facilidad las carrocerías de los vehículos.

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