Fue en verdad una imagen hermosa y conmovedora ver el cuadro de mujeres cadetes portando, con impecable marcialidad, la insignia nacional para ser entregada al presidente de la República Mexicana para el acto del Grito de Independencia el pasado 15 de Septiembre. Unas pocas horas antes se presenció un gesto no menos vibrante y emocionante cuando en el acto oficial organizado en Santo Domingo por el embajador de ese hermano y cercano país un grupo de señoras dominico-mexicanas que han convivido en esta nación por muchos años y han creado familia, vestidas con trajes tradicionales de diversas regiones de México, avanzaron por el centro del salón para entregar igualmente la Bandera Nacional al señor embajador para que pronunciase a su vez los ¡Vivas! tradicionales de las festividades patrias mexicanas.
En los últimos años se ha sido testigo de un creciente movimiento de apertura a mujeres de las instituciones armadas en casi todos los países de América Latina, incluso a especialidades donde se les tenía vedado incluyendo áreas de eventuales operaciones de combate. La República Dominicana no es una excepción.
Cada vez son más las mujeres dominicanas que integran las diversas fuerzas del Ministerio de Defensa y ocupan, inclusive, posiciones de mando sobre unidades integradas mayoritariamente por hombres. Su presencia es notoria en las academias y en los cursos de Comando y Estado Mayor. De acuerdo con datos de la institución llegan a 14, 023 féminas dentro de las filas castrenses, un 20% de ellas, unas 2,900, son oficiales, cuatro con rango de generales, dos del Ejército, una de la Fuerza Aérea y otra de la Armada. Unas 540 son oficiales superiores, a partir de mayor, y otras 2,318 son oficiales subalternas, de segundo teniente a capitán. La Fuerza Aérea agrupa el mayor contingente de mujeres, 5,048, seguida por 4,255 en el Ejército y 2,421 en la Armada. Además hay 82 cadetes, 6,156 alistadas, 2177 asimiladas y 447 igualadas. El pasado mes de abril, por primera vez, una teniente coronel, Paula Fernández, asumió la comandancia del Segundo Batallón de Infantería General Francisco del Rosario Sánchez, del Ejército.
En América Latina hay una tendencia marcada a abrir cada vez más espacios a la mujer en las instituciones de las fuerzas armadas. En el caso de México llegan a 23 mil las mujeres en filas militares e incluso participan directamente en la lucha contra el narcotráfico en zonas violentas. Brasil abrió este año su tradicional academia a 33 mujeres. Unas 10 mil integran las filas del Ejército Brasileño. Igualmente este año la Armada de Chile admitió, primera vez en la historia, 30 jóvenes mujeres. En Argentina, que desde 2013 permite a la mujer en las armas de Infantería y Caballería, representan el 19% de toda la fuerza y cuenta con una general.
Es la situación que se manifiesta en varias de las principales naciones de la región pero en las otras se opera crecientemente una situación similar.