MADRID. AFP. El jefe del Gobierno conservador español, Mariano Rajoy, intenta desde el martes apagar el incendio desatado por un nuevo caso de corrupción, que ha llevado la preocupación hasta el seno de su partido a apenas 1 año para las elecciones generales. «En nombre del Partido Popular (PP) quiero pedir disculpas por situar en puestos de lo que no eran dignos a quienes aparentemente han abusado de ellos», dijo Rajoy el martes en una sesión de control al gobierno en el Senado.

Rajoy hizo esta declaración 24 horas después de que un juez español firmara al menos 51 órdenes de detención contra funcionarios municipales y regionales, y empresarios, en el marco de una investigación sobre una trama que en los últimos dos años habría concedido obras públicas por valor de 250 millones de euros a cambio de comisiones. Entre los detenidos figura un antiguo secretario general de su partido en la región de Madrid, y 4 alcaldes madrileños del PP, que comparecían ayer ante el juez Eloy Velasco.

Apenas 15 días antes, en plena crisis por el contagio por ébola de una auxiliar sanitaria, un juez también imputó a casi un centenar de personalidades por unas tarjetas corporativas de Caja Madrid, luego Bankia, opacas al fisco y utilizadas para gastos personales. Este asunto provocó la expulsión del exdirector del FMI, Rodrigo Rato, de su partido tras su imputación como expresidente de la entidad.

Hartazgo. La oposición pidió medidas y explicaciones. «Está asediado por la corrupción», dijo el jefe del principal partido de la oposición, el socialista Pedro Sánchez, pidiéndole ayer que no pida perdón sino que asuma «responsabilidades políticas».