Crece tensión segundo día «firmazo» Caracas

Crece tensión segundo día «firmazo» Caracas

CARACAS (ANSA).- Una discusión en la sede del Consejo Nacional Electoral entre dirigentes opositores y jefes militares, seguido de una detonación de fuegos artificiales, crispó aún más los ánimos ayer, en el segundo día del «firmazo» opositor que procura sacar del poder al presidente venezolano, Hugo Chávez.

La tensión política se agudizó ayer durante la segunda de cuatro jornadas de la oposición para recolectar firmas para un referendo revocatorio contra Chávez, pero los disturbios fueron rápidamente controlados.

Jefes de la coalición opositora Coordinadora Democrática se entrevistaron en la sede comicial con los rectores electorales y se disponían a ofrecer una conferencia de prensa, pero en el mismo lugar y al mismo tiempo se alistaba para hablar con periodistas el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el colombiano César Gaviria, observador desde ayer de la campaña opositora.

Mientras se desarrollaba la discusión en el noroccidental estado Falcón sobre quién tomaría primero contacto con la prensa, sorpresivamente comenzaron a estallar fuegos artificiales de alto alcance, generando una ola de histeria colectiva que fue, no obstante, rápidamente aplacada.

Pese a ese episodio, el Consejo Electoral dijo que la campaña de adhesiones a los revocatorios contra Chávez y 34 diputados oficialistas «se está realizando en perfecta normalidad y tranquilidad» a nivel nacional.

Durante la jornada de ayer no se reportaron otras situaciones violentas en ninguno de los más de 2.600 centros de recolección de firmas instalados en el país.

Ayer, durante la primera jornada de recolección de firmas, un pequeño disturbio en un local de firmas de Caracas causó dos heridos leves.

El gobernador oficialista del estado Falcón, Jesús Montilla confirmó a la prensa el estallido de artefactos explosivos, que sólo dejaron destrozos materiales, en sedes de partidos opositores.

Montilla negó que la acción violenta fuera perpetrada por grupos oficialistas, como hicieron presumir los textos de unos panfletos lanzados en el lugar de los atentados.

Al incremento de la tensión también contribuyó el redoble de las denuncias del oficialismo y la oposición sobre supuestas «irregularidades» en el proceso de colecta de rúbricas.

La oposición centró el blanco de sus acusaciones en la actuación de los militares que custodian los centros de colecta, a los que señalaron de pretender «obstruir» el proceso al exigirle a los firmantes -por ejemplo- no portar prendas con insignias partidistas o lemas proselitistas, lo cual -sin embargo- está autorizado legalmente.

El oficialismo denunció especialmente la continuación del uso «ilegal» de computadoras de la organización opositora Súmate en los centros de colecta de firmas, cuyo retiró ya fue ordenado, y «presiones» sobre trabajadores para que firmen contra Chávez, bajo amenaza de despidos laborales.

Dejando a un lado esa polémica, el secretario de la OEA resaltó que la colecta de firmas transcurre en «civismo, paz y tranquilidad».

«Nadie puede pretender que en un clima de tanta polarización» política como el que vive Venezuela, en medio de su grave crisis, «no fuera haber discusiones en este proceso» con mira a los posibles revocatorios, justificó Gaviria.

El funcionario, quien moderó este año el diálogo político entre los bandos en conflicto en Venezuela, instó a «tramitar sin violencia» la solución a los problemas que surgen durante la recolección de firmas.

En tanto, los centros de colecta -ubicados en plazas y otros sitios públicos- parecieron hoy recibir menos afluencia de firmantes que en la jornada del viernes, cuando arrancó la campaña que concluirá el lunes, según las transmisiones televisivas.

La televisión estatal mostró -por ejemplo- centros con ausencia total de firmantes ubicados en el empobrecido oeste de Caracas, donde Chávez cuenta con su mayor respaldo electoral.

En contraste, las televisoras privadas -alineadas en contra del mandatario- presentaron imágenes de otros centros con largas filas de electores, ubicados generalmente en el acomodado este capitalino, un bastión de la oposición.

«Es una jornada totalmente exitosa», garantizó el líder opositor Enrique Mendoza, uno de los protagonistas del incidente de hoy en la sede electoral.

«Hemos derrotado la artillería de la maldad y del odio con un simple bolígrafo», usado para firmar, agregó el diputado Henry Ramos, otro de los máximos dirigentes de la oposición.

La oposición debe recabar casi 2,5 millones de firmas de electores para lograr que se convoque el referendo presidencial, que recortaría el actual mandato de seis años de Hugo Chávez, iniciado en el 2000.

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