Crecen criticas contra costo investidura Bush

Crecen criticas contra costo investidura Bush

WASHINGTON (EFE).- Washington se prepara para los bailes, desfiles y fiestas, que a un precio de 40 millones de dólares celebrarán la investidura del presidente de EEUU, George W. Bush, pero numerosos críticos los consideran excesivos y de mal gusto cuando el país está en guerra.

   El juramento de Bush de «preservar, proteger y defender la Constitución de Estados Unidos, con la ayuda de Dios», es sólo una pequeña parte de la investidura, que es lo más parecido a los Oscar que tiene la clase política estadounidense.

   Los festejos durarán tres días e incluirán nueve bailes de gala el jueves, a los que acudirán hasta 250.000 personas, y cenas a la luz de las velas reservadas para los individuos de amplios bolsillos que donaron más fondos a la campaña electoral de Bush.

   También se celebrarán desfiles, un concierto juvenil y un desayuno de oración.

   Habrá, en definitiva, pompa y vestidos de gala por doquier, aunque los tejanos podrán usar botas con el smoking en uno de los bailes, que como los otros será visitado brevemente por Bush y su esposa Laura.

   Los 40 millones de dólares que costarán las fiestas serán aportados por empresas y ciudadanos. Además, la intensa seguridad, que incluirá el despliegue de 6.000 policías y 7.000 soldados, añadirán 100 millones de dólares a la factura. Para algunos, ese alto precio y el clima de festejos no son adecuados cuando miles de personas sufren en los países afectados por el maremoto en Asia y en Irak siguen muriendo soldados estadounidenses.

   «Habría esperado que siguiesen la tradición de los presidentes Wilson y Roosevelt que, en tiempos de guerra, tuvieron celebraciones muy modestas», ha dicho el congresista demócrata Robert Menéndez.

   Woodrow Wilson fue presidente de 1913 a 1921, durante la Primera Guerra Mundial, y Franklin Delano Roosevelt de 1933 a 1945, durante la Segunda.

   «Creo que cuando hombres y mujeres jóvenes están muriendo (en Irak) deberíamos pensar sobre cómo actuamos aquí», añadió Menéndez.

   Anthony Weiner, otro congresista demócrata, también aludió al precedente de Roosevelt, que en su investidura durante la Segunda Guerra Mundial no sirvió ni caviar ni ostras a sus invitados, sino tan sólo ensalada de pollo y pastel.

   El legislador pidió en una carta dirigida a Bush que la Casa Blanca utilice una parte de los 40 millones de dólares «para usos más adecuados para estos tiempos sombríos: bonos salariales o equipamiento para las tropas».

   Weiner señaló que ese dinero podría pagar por 690 vehículos y un bono de 290 dólares para cada soldado que está en Irak.

   La Casa Blanca no ha respondido a su solicitud, pero ha defendido las celebraciones. «Hemos tenido investiduras durante muchos momentos difíciles en nuestra historia», dijo Dan Bartlett, asesor de Bush en una entrevista con «CNN».

   «Es importante que el país pueda unirse al final del proceso» electoral, explicó.

   No es sólo la cuantía, sino también el origen del dinero lo que está provocando controversia. Para algunos es una muestra de la influencia en la Casa Blanca de las empresas e individuos que promueven intereses muy particulares.

   El comité que organiza los festejos ha divulgado una lista de 800 «donantes principales», que han aportado entre 25.000 y medio millón de dólares.

   Entre ellos están gigantes empresariales como AT&T, Exxon Mobil, Ford, Time Warner, Marriott y FedEx.

   También han contribuido millonarios como Michael Dell, fundador de la compañía que lleva su nombre; Richard Kinder, ex presidente de Enron; Boone Pickens, un magnate del petróleo de Dallas, y Carl Lindner, el dueño del equipo de béisbol Cincinnati Reds.

   A quien tampoco le han hecho gracia los gastos de la investidura es al ayuntamiento de Washington, al que le tocará desembolsar 17,3 millones de dólares para pagar a sus policías las horas extraordinarias invertidas en garantizar la seguridad.

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