La estructura del Estado, con su excesivo personal con cargos de todos los calibres, ha ido creciendo al mismo ritmo de los problemas de la nación. Sus nóminas superan el medio millón de gente cobrando mientras la cantidad de personas pobremente educada ha crecido. Al quinto curso es a lo que más llega el dominicano promedio y en términos absolutos eso significa mucho más personas que antes en el atraso. Hoy el sector eléctrico oficial es una enormidad en funciones y gastos salariales. Al mismo tiempo se tiene la sensación de que la crisis energética es más grave, pues los déficits son inmanejables. Pagar subsidios y cubrir la deuda pública que causan representan en conjunto un gasto mayor al que se dedica a la Educación anualmente.
Lo que el Poder Legislativo le cuesta a los contribuyentes es descomunal. Los sueldos, viáticos, exoneraciones y cuentas para gastos que preservan la vigencia política de los congresistas y garantizan oficinas y mecanismos burocráticos propios, consumen un grueso chorro de dinero. Satisfacer a las provincias haciendo calles, dispensarios y pequeños acueductos y puentes no costaría tanto. Sin embargo algunos asambleístas se empeñan en que la matrícula de la Cámara de Diputados crezca sin límites constitucionales, que el ingreso a las condición privilegiada de legislador siga siendo un grifo abierto. Lo razonable y justo debe imponerse. Debe limitarse.
El espíritu de superación
Emigrar es por lo general consecuencia de la necesidad que sienten dominicanos de mejorar sus condiciones de vida. Gracias al trabajo, entereza y competencia, muchos lo logran. Así, el hecho de abandonar su tierra, familias y amigos ha tenido con frecuencia resultados muy positivos para el país. Las remesas constituyen uno de los pilares de la vida económica de este país. Los triunfos de nuestros peloteros en EUA nos regocijan. Superamos a otras naciones en talentos en ese renglón.
El doctor Alex Blanco nació en La Vega. Llegó siendo un niño de doce años a Norteamérica y hoy es el primer alcalde de Passaic, Nueva Jersey, de origen dominicano en ese gran país. Ganó con solidez la aprobación del electorado en una comunidad desilusionada con la corrupción atribuida a la administración anterior de la ciudad. Blanco es otra expresión de las mejores cualidades de tantos dominicanos que van al exterior.