WASHINGTON. Agencias. El presidente estadounidense, Barack Obama, y líderes republicanos enfrentaban ayer una creciente presión interna y externa para evitar que sus negociaciones sobre el déficit se salgan de control y sacudan el sistema financiero global.
Los mercados reaccionaron nerviosamente después de que el cuarto día consecutivo de conversaciones entre Obama y los líderes del Congreso terminara sin resultados, lo que llevó al mandatario a levantarse y abandonar la reunión.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, advirtió ayer que la suspensión de pagos no es una opción para EE.UU., después que Moody’s y China lanzaran advertencias sobre el crédito del país y mientras continúa la puja política en torno al incremento del límite de empréstito nacional. Según fuentes, el presidente de EE.UU., Barack Obama, considera llevarse a Camp David -el retiro presidencial donde se han negociado cruciales acuerdos de paz- a los dirigentes del Congreso con los cuales no se pone de acuerdo sobre el aumento de la deuda y la simultánea reducción del déficit. Standard & Poor’s también dijo en privado que podría recortar la nota crediticia a EU.
La cifra
32 Por ciento. Es la parte de la deuda de Estados Unidos que está en manos de extranjeros, encabezados por China, Japón, el Reino Unido, exportadores de petróleo y Brasil.