Crecer con pocos beneficios

Crecer con pocos beneficios

Durante muchos años los dominicanos hemos vivido la ilusión de un crecimiento económico que ni ha mejorado la calidad de vida, ni ha generado más y mejores empleos. Un crecimiento económico con estas características es, por naturaleza y esencia, un generador de inequidad social. El de nuestra economía ha sido un crecimiento ajeno al empuje de sectores vitales, como el industrial y las exportaciones, por ejemplo.

Por mucho tiempo, hemos compartido con especialistas la tesis de que el crecimiento económico obedece en gran medida al endeudamiento externo. Ahora el FMI nos da la razón, cuando afirma que en los últimos tiempos la economía del país y el endeudamiento externo han crecido en las mismas proporciones. Ese paralelismo no ha sido casual y obedece a políticas económicas controversiales para justificar gastos.

Lo que el Estado debería emplear en mejorar la calidad de vida y generar empleo de calidad, simplemente ha tenido que utilizarlo para pagar servicios y capital del endeudamiento externo. De ahí los frecuentes déficit y las debilidades financieras del Gobierno. El aumento del tamaño del PIB año tras año, inclusive en épocas de crisis del entorno, crea una ilusión de bonanza que al ser medida en términos de desarrollo humano, siempre deja mucho que desear. Presumimos de lo que en realidad no somos.

CUNA DE EMPRENDEDORES

Baní es conocido por muchas señas particulares, cada una de las cuales destaca méritos muy valiosos. Tal vez el origen canario, gallego, catalán y africano de sus primeros pobladores influyó en la definición de las características que marcarían el desarrollo de esa villa, que destaca por la producción agrícola y ganadera, así como el comercio.

Ha sido cuna de héroes cuyas hazañas engalanan la historia regional y de profesionales prominentes. Su fundación data del 3 de marso de 1763 y es atribuida al español Manuel de Azlor y Urries.
Gracias a la apertura comercial, Baní ha logrado proyectarse como la capital del mango, debido a que produce y exporta una gran variedad de esta exquisita fruta.

Los banilejos llevan consigo a cualquier parte su indiscutible laboriosidad y una fuerte inclinación por el progreso económico. Son emprendedores tenaces. Somos admiradores sinceros de su gente y tradiciones.

 

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