No hay manera que muchos en el mundo intenten no ya entender las características de la economía china, sino que se informen adecuadamente o acudan a quienes sean capaces de explicarle, sin maledicencias geopolíticas, objetivamente, los aspectos fundamentales de la economía de un país que tiene resortes económicos y políticos no disponibles en las grandes economías avanzadas.

Una economía con reservas financieras de una magnitud que ningún otro país ha alcanzado, con una clase media de más de 800 millones de personas con capacidad de consumo convertida en resorte, junto al liderazgo de las exportaciones, en motor estratégico del desarrollo nacional, con una importante y versátil institución de planificación, no se puede pretender analizarla bajo las mismas endebles variables de las economías capitalistas centradas en el mercado y en criterios sacro santos de rentabilidad.

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Más grave que la incomprensión y/o confusión para comprender la potencialidad de la economía china es la tendencia a tergiversar el crecimiento de su PIB. Aclaremos, para consumo de los “conspiranoicos” habituales, que los datos chinos son avalados tanto por el FMI como por el Banco Mundial. En el mundo de hoy nadie, absolutamente nadie, puede engañar y decir lo que no es porque el encadenamiento global es muy amplio y sustentado en la interconexión digital.

El comportamiento reciente confirmado del PIB chino ha sido: 2018, un 6,7%; 2019, 6,0%; 2020, 2,2%; 2021, 8,1% y en 2022, 3,0%. Obsérvese que en 2020 fue la única gran economía que creció, que en 2021 y 2022 fue la que más aumentó a pesar del relativamente exiguo de ese último año. El pronóstico chino para 2023 es de 5% pero FMI, Banco Mundial y Unión Europea la sitúan sustancialmente por arriba. En el primer semestre creció 5,5%, dato que muchos insisten en ignorar.

El presidente Biden, al parecer no rodeado de buenos asesores, ha asegurado que «China estaba creciendo un 8 % al año para mantener el crecimiento, ahora [está creciendo] cerca de un 2 % al año» lo que la agencia Bloomberg del multimillonario exalcalde neoyorkino ha desmentido. Informaron mal al presidente, o se informó mal, para poder asegurar, después de comentar que “China tiene algunos problemas”, que eso “no es bueno, porque cuando la gente mala tiene problemas hace cosas malas”. A continuación, pronóstico que China “es una bomba de tiempo” y tiene razón porque el potencial de crecimiento chino es una “bomba” real.