Crecimiento del 2011

Crecimiento del 2011

Aumenta la desocupación ampliada y sin que se reporte un mejor uso de la capacidad de producción, las autoridades monetarias reportan un crecimiento de 4.5% del PIB en el 2011. Datos inconsistentes que Andy Dauhajre confrontó con estadísticas de la DGII y que las autoridades monetarias contestaron con un lenguaje soberbio.

Olvidaron que el PIB y el crecimiento son actos de fe, que la construcción del primero es una carpintería novelada, porque intervienen datos reales y creación, aproximación, conjeturas, con fundamentos en algunos casos y en otros no, como los agrícolas por ejemplo.

 Además de encuestas para “estimar el sector informal”, abundan los estimados indirectos, por lo que cuando se habla del crecimiento la arrogancia técnica no es aconsejable. Bastaría con investigar e incorporar nuevos datos reales para llegar a un menor crecimiento en los años 2005-2011.

Con permiso de mis lectores por lo técnico de la exposición, en lo que sigue demuestro que la construcción del PIB real tiene mucho de ficción. Para asegurar que el resultado es un reflejo de la realidad, el cálculo debe hacerse con tres métodos diferentes. El de producción, sumando el valor agregado de las diferentes ramas de actividad y los impuestos.

El del ingreso, sumando los ingresos  por sueldos, salarios, intereses, beneficios de explotación e impuestos indirectos percibidos por los residentes durante un año. El método del gasto, computando el consumo privado y del gobierno, inversión y el neto de las variables de comercio exterior.

Si las estadísticas son reales y abundantes, los tres resultados deben coincidir o tener pocas diferencias, y creo que Andy no hablaría de inconsistencias. Las autoridades monetarias no citaron los resultados porque existen discrepancias. Mientras mayor sea la diferencia, menor la cantidad de estadísticas de calidad incorporadas al cálculo y abundante las estimaciones.

La de los precios es otra historia que forma parte de la ficción. Veamos el proceder de las autoridades monetarias. Computan el PIB a precios de mercado y luego hacen el cambio a precios de 1991, el dato relevante para decir que la economía creció 4.5 por ciento en  2011.

Por producto elaboran un “índice deflactor” describiendo la variación entre 1991 y 2011. Construyen el índice dividiendo el precio del producto en 2011 por el de 1991 y lo multiplican por 100.

El problema es que para los mismos productos se necesitan precios para 1991 y 2011, lo que es difícil porque, por ejemplo, en 1991 no existían celulares con las características que tienen hoy.

Como el objetivo es llegar al PIB a precio constante o de 1991, dividen el valor agregado del producto a precio de 2011 por el “índice deflactor”.

Construyen las variables consumo del gobierno, inversión, exportaciones e importaciones, siendo el consumo de las familias “una diferencia” para llegar al PIB real por el método del gasto de RD$385,727 millones en 2011. Comparado con RD$369,117 millones de 2010, arroja el crecimiento de 4.5%.

El lector habrá notado que los estimados son muchos, lo que hace aconsejable que las autoridades monetarias procedan con prudencia, tolerancia y menos agresiva en sus respuestas con relación al PIB real. Principalmente ahora que introdujeron el esquema de meta de inflación.

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