Crecimiento economía ni una mayor educación reducen desempleo juvenil

Crecimiento economía ni una mayor educación reducen desempleo juvenil

Ni el sostenido y amplio crecimiento económico que ha tenido el país ni una mayor formación educativa han logrado reducir el desempleo en los jóvenes, el cual se mantiene en un 30%, el doble de la tasa nacional y el más alto de la región de América Latina y el Caribe.
La afirmación está contenida en un análisis titulado “¿Crisis del empleo juvenil en la República Dominicana?”, publicado en el boletín del Observatorio de Políticas Sociales del Gabinete Social de la Vicepresidencia de la República.
El desempleo juvenil se refiere al total de jóvenes de entre 15 y 24 años dentro de la Población Económicamente Activa (PEA) que no tiene trabajo, que busca activamente y está disponible para hacerlo.
Al 2015 estaban desempleados 312,922 jóvenes, según el Observatorio del Mercado Laboral.
La economía crece, pero… La publicación indica que a pesar de que la República Dominicana es uno de los países que más crece de la región, (6.6% al 2016) tiene una capacidad muy baja de generar nuevos puestos de trabajo: por cada uno por ciento que crece, la población ocupada apenas crece la mitad.
Se cita además el dominio de las “actividades de baja productividad que emplean al 63% de la fuerza laboral, mientras que los sectores de media y alta productividad, que producen dos tercios del valor agregado, generan uno de cada tres empleos”.
“Esta débil relación entre el empleo y el crecimiento económico sugiere que la economía crece en sectores de baja productividad, que produce empleos insuficientes en cantidad y calidad, propiciando así la persistencia de la pobreza y de la inequitativa distribución del ingreso nacional”, expresa el informe.
Educación. El análisis refiere que aunque se asume que el nivel educativo incide en el acceso al mercado laboral, en el caso dominicano esa relación para los jóvenes con edades de 15 a 24 años no es tan estrecha.
Por ejemplo, de los desempleados del 2015 el 59.8% eran jóvenes con estudios secundarios frente al 36.4% que representaban los mayores de 24 años.
“La diferencia de los niveles educativos alcanzados entre los desempleados jóvenes y adultos en el país no es tan acentuada, mostrando incluso el mismo comportamiento del desempleo por niveles educativos alcanzados”, indica.
El análisis también cita el caso de los jóvenes dominicanos que ni estudiaban ni trabajan (ninis) y que al 2015 eran 360,983, para un 17.6% de ese segmento de la población citada.

Experiencia. El estudio analiza que otro factor determinante en el desempleo juvenil es la falta de experiencia de trabajo, lo que limita los jóvenes frente a los adultos de mayor edad.
Señala que comúnmente las empresas se resisten a contratar jóvenes por la falta de experiencia, aunque tengan educación técnica o universitaria.
De hecho destaca que en el país para el año 2015 el 64.6% de los jóvenes desocupados no tenían ningún tipo de experiencia laboral, casi el doble que en los adultos.
Identificar riesgos. El análisis de los técnicos de la Vicepresidencia afirma que el hecho de tener una población que enfrenta diversos obstáculos para la obtención de empleo y la generación de ingresos, en un período tan importante como es la juventud, advierte la necesidad de que el Estado identifique los riesgos del modelo actual, el cual pudiese estar limitando la promoción social de una importante cantidad de jóvenes, con su consecuente efecto en el tejido social.
“La prevalencia de la crisis actual de desempleo juvenil en la República Dominicana trae consigo consecuencias importantes para la sociedad y la economía del país”, subraya.
Entre las consecuencias señala está el desaprovechamiento del bono demográfico, que implica la juventud generando riquezas; y aumento de la inseguridad alimentaria ya que no hay inserción de jóvenes en la agricultura, lo cual reduciría la migración urbana.
El boletín recoge las acciones gubernamentales para reducir el desempleo juvenil. Sin embargo reconoce que cuando se observan las estadísticas sobre el fenómeno ninis, la delincuencia juvenil, la deserción escolar y la persistencia de la tasa de desempleo “es claro que los beneficios de estas acciones son importantes pero de alcance limitado; y reafirman la tesis anterior de que tener mayores niveles de credenciales educativas, no es la panacea al problema del desempleo juvenil”.
Concluye que es necesario reforzar las acciones, colocando a las políticas públicas destinadas a reducir el desempleo juvenil como una prioridad de Estado.

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