Crecimiento económico

Crecimiento económico

Un despacho de prensa de la agencia española Efe, fechado en Washington, atribuye al Fondo Monetario Internacional (FMI), a cuyas disciplinas está sometida la República Dominicana, el pronóstico de que la economía del país mantendrá su crecimiento en lo que resta de este año y se acelerará en el 2006.

Si esto es correcto, debemos deducir que están logrando los efectos esperados los ajustes aplicados para corregir los entuertos provocados por el manejo inadecuado de la economía en sentido general, y de la crisis que llevó a la bancarrota a tres importantes bancos del sistema.

En la microeconomía, los signos de crecimiento no se manifiestan inmediata y necesariamente en el bienestar individual o familiar, aún cuando tengan efectos sociales que influyan positivamente en la calidad de vida.

Por eso, para la generalidad de los dominicanos persiste la sensación de que la economía anda mal, sobre todo porque es escaso el dinero en manos del público, lo que denominan medio circulante y que determina la capacidad adquisitivade la gente.

Aunque no es para llenarse de euforia, hay que convenir que si el organismo que está aplicando y supervisando las medidas de disciplina pronostica cierta bonanza de la economía, es porque los dominicanos nos hemos sometido a los sacrificios que todos conocemos, con penalizaciones muy fuertes en algunos ámbitos. Por tanto, ese crecimiento y las perspectivas para 2006 son el resultado de los sacrificios de todo.

-II-

Pero es bueno que refresquemos la memoria de quienes parecen olvidar por qué estamos pendientes de que unas disciplnas impuestas estén dando o no resultados.

Todo esto comenzó en un pasado que está muy fresco como para olvidar las causas de estos sobresaltos, y como para que los protagonistas del descalabro económico y financiero pretendan ocasionar más daños mediante la difusión de informaciones falaces acerca de la situación de los bancos del país.

Hay quienes están apostando al fracaso de los correctivos aplicados a las calamidades que ellos mismos propiciaron, y todo como parte de un ejercicio burdo y descalificado de la política.

En estos días se produjo uno de esos pronunciamientos que tienden a inducir temores y que están basados en argumentos carentes de base.

Lo que este país ecesita es hacer crecer una economía sana y que cada uno de los dominicanos sienta que ese crecimiento realmente influye en sus condiciones de vida. Que se sepa, la mejoría experimentada hasta ahora y probablemente el que se pronostica para el año que viene, es solo un impulso para salir del signo negativo de crecimiento al que caímos por culpa de los torpes manejos del pasado reciente.

Eso sí, conviene que el Gobierno, sin faltar a los rigores del acuerdo con el FMI, vaya buscando los medios de evitar que los peores efectos del sacrificio recaigan sobre las mayorías, a través de una merma severa del poder adquisitivo. Y que, paralelamente, sepa colocar, sin amagos injustificables, los puntos en todas las íes que así lo merezcan.

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