Crecimiento económico

Crecimiento económico

Es innegable que el del PIB es un factor positivo en nuestra relación con el resto del mundo. Por ejemplo, motiva encomios de las agencias calificadoras de riesgo y, junto con una estabilidad sostenida, atrae inversión extranjera y mejora nuestra condición como sujeto de crédito internacional. Pero los efectos sociales directos del crecimiento económico son otra cosa, y lo demuestra el hecho de que aquí el tamaño del PIB solo logra realzar la inequidad y la exclusión y ni siquiera genera empleos de calidad.
Si la economía se encumbró en 7.4% hasta el séptimo mes del presente año, los dominicanos vinieron a saberlo porque lo informó el Banco Central, y no porque en términos sociales percibieran algún cambio positivo en sus condiciones de vida. De otro lado, por lo menos la mitad de ese crecimiento fue aportado por el sector informal de la economía, que es uno de los precursores de inequidad y marginación social y que es elusivo y evasivo en términos fiscales.
El país necesita políticas públicas que estimulen la formalización de la economía y que permitan una transferencia perceptible del repunte de la economía hacia las clases sociales más pobres. El crecimiento del PIB debería actuar como un efectivo atenuador de pobreza y generador de bienestar. Debería poder ser medido por sus efectos sociales directos en una población que solo lo percibe de forma mediática.

 Una JCE confiable

Si alguna cualidad debe tener la nueva membresía de la Junta Central Electoral (JCE), al margen de la preparación técnica requerida, es que sea confiable para todos los sectores de la vida nacional. Tal vez facilite la elección el hecho de que la condición de abogado no es un requisito ineludible, pues las funciones contenciosas han dejado de ser materia del organismo que administra los procesos electorales.
Ahora que el Senado se apresta a trabajar en la selección de los miembros del la Junta, la búsqueda más enfática debe estar dirigida a escoger personalidades que destaquen por la pulcritud de su estilo de vida, como complemento fundamental de sus características profesionales. La larga experiencia electoral que ha tenido el país nos dice que la confiabilidad debe estar en primera línea superando el pasado.

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