Crecimiento económico en contraste con desocupación y miseria

Crecimiento económico en contraste con desocupación y miseria

Teófilo Quico Tabar

Un sistema económico sobre la base de entregar al Estado los medios de producción, tratando de superar las normas básicas de las leyes de la oferta y la demanda, así como las variaciones de precios y el valor fluctuante de la moneda, unidas al concepto de la plusvalía, se convirtieron en un arma de gran poder para las luchas reivindicativas a comienzos del siglo pasado.
Lenin y más tarde Stalin establecieron el Estado socialista con clara ideología económica y política, enfrentada a la economía capitalista, sobre todo de los países occidentales.
A partir de la perestroika, se dio a entender que las leyes y principios económicos son iguales, independientemente de las condiciones y lugares. Algo así como un regreso a la conceptualización unitaria de los hechos económicos en los cuales quedarían sobrando los calificativos de socialista o de capitalista.
Producir bienes representa una condición común a todas las sociedades en cualquier lugar de la tierra, sin importar ideología. Igualmente el intercambio o venta de dichos bienes y servicios. Que se han perfeccionado, pero siguen siendo simples procesos de transferencias y mercadeo desde la época de las cavernas. La excepción es la moneda, por la diversidad de condiciones económicas de los grupos que intervienen en el mercado.
Por eso se dice que la economía es esencialmente sensible a las circunstancias del momento. Tanto nacionales como internacionales. Sensible a las situaciones políticas, a las crisis, a las guerras y conflictos y también a las crisis energéticas.
La economía no deja de ser un fenómeno psicológico, porque si bien es una ciencia que constituye un conjunto de principios y leyes que pueden manejarse en forma matemática y a través de modelos específicos, para la gente común, el concepto de economía es algo que los afecta personalmente. De manera común y a diario. Les abre puertas o les impide realizar sus propósitos o expectativas. Por eso la gente habla de su propia economía y la entiende de manera diferente a como la explican muchos políticos, gobernantes o economistas.
El reconocimiento de los problemas creados como resultado del dualismo económico, que en última instancia se ha traducido en fracasos o metas económicas no alcanzadas, como son el bienestar de las gentes y la elevación de los niveles de vida, parece ser una de las causas que han hecho reflexionar a algunos sectores, a retornar a la concepción unitaria de la economía. Lo que sorprende es que aun conociendo esto, se continúen dando pasos hacia delante y hacia atrás. Lo que indican, temor a un camino determinado, o cierta conveniencia política al mantenimiento de ese dualismo económico.
Se hace impostergable la adopción de un modelo específico, así como medidas económicas esenciales para el incremento de la capacidad de producción de la nación.
Hay que cambiar el penoso espectáculo de economías que por un lado exhiben riquezas y florecimiento “pantallesco”, mientras más de la mitad de la población se debate entre la angustia y la dependencia económica. Entre la desocupación y la miseria. Que se convierten en un incentivo hacia economías centralizadas.

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