Crecimiento, inflación y pobreza en el 2013

Crecimiento, inflación y pobreza en el 2013

El anuncio de que la economía creció 7.2% en el último trimestre y 4.1% en el 2013, que la inflación fue solo de 3.88%, debió alegrar a todos si no fuera porque las cifras son increíbles. Nadie esperaba que el crecimiento trimestral superara el promedio de 6.42% de los últimos cinco años (2008-2012) y que fuera mayor al 7.16% de los ocho años (2005-2012) de gobiernos de Leonel Fernández. Que el del año superara pronósticos del FMI, Cepal y de economistas independientes, que además se alejara, lo que preocupa por las implicaciones, del estimado del modelo macroeconómico que usan las autoridades para la política monetaria.

Se dieron explicaciones sobre cómo terminaron los cómputos sectoriales, pero se necesita saber porqué se aceleraron; como seguramente no se debió a un aumento de la productividad y/o del stock de capital, se atribuiría a la creación neta de empleos, lo que contribuiría a aumentar las dudas sobre los resultados, al ubicar la tasa de desempleo del 2013 por debajo de 15%, el nivel a octubre.

Sabemos que la reducción del déficit fiscal desacelera el crecimiento del PIB, si no es compensado con baja en el interés que mejore la inversión, el consumo y medios de pago. En 2013 se ejecutó un necesario y fuerte ajuste fiscal, pero se aumentó la tasa de política monetaria de 4.25% a 6.25% a final de julio, lo que contribuyó a reducir la demanda agregada y el dinero circulando en las calles en RD$1,568 millones (0.82%), computado a noviembre respecto a diciembre del 2012. En parte la razón del incumplimiento del programa monetario, que pronosticó aumento del circulante. Resumiendo, el ajuste fiscal, combinado con la elevación del interés, debió desacelerar el crecimiento económico.

La inflación de 3.88%, distanciada de la meta entre 4 y 6%, sorprendió incluso a las autoridades monetarias. No es fácil convencer a la gente de que en promedio las prendas de vestir y los calzados redujeron su precio, que alimentos y bebidas no alcohólicas prácticamente no aumentaron, es lo que dice el índice desagregado.

Las explicaciones son necesarias, la aceleración del crecimiento del PIB, junto a la menor inflación, atenúa la diferencia entre ricos y pobres; nos dice que en el 2013 mejoró la histórica insuficiencia de ingresos en los hogares para adquirir la canasta de consumo aceptable socialmente. Que se redujo el índice de pobreza monetaria y el coeficiente de Gini, que debe el nombre al estadístico italiano Corrado Gini, quien en 1912 introdujo el valor 0 para expresar desigualdad total y 1 máxima igualdad, de 0.499 en 2010 y 50.6 en 2011 se acercaría a la mejor distribución de 0.55 que ha tenido el país en el nuevo siglo, que corresponde al año 2000.

Si las explicaciones no fueran sencillas y convincentes, la volatilidad de los índices estaría sugiriendo la necesidad de revisar los ajustes que se han hecho para adaptar a la estructura económica dominicana métodos de cálculo y muestras estadísticas, aunque hayan sido recomendadas por el FMI y sean de uso internacional. Porque el economista Alfred Marshall decía “como el hombre es el teórico más temerario y peligroso…, debe dejarse que los hechos hablen por sí mismos”.

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