Crecimiento sostenible y duradero

Crecimiento sostenible y duradero

El cambio de modelo económico se quedó como una simple ilusión, nadie dijo cómo pensaba modificar la estructura productiva y de dónde saldría el dinero.
Los que aspiran gobernar a partir de agosto 2020 deben concentrarse en un programa o fase económica realista. Lo recomendable es que agoten tiempo y recursos consensuando con hombres de empresas las reformas estructurales que abordarían sin retraso. En palabras llanas el pueblo les diría aterrizar con temas concretos, por ejemplo los que siguen.
Uno, calcular y publicar el umbral de crecimiento real de la economía que generará las plazas de trabajo que se necesitan para continuar reduciendo la tasa de desempleo. Decir lo que se hará para garantizar que el crecimiento anual de la economía superará el umbral.
Son informaciones importantes por las implicaciones. Por un lado, se mantiene un progreso duradero y el bienestar del dominicano a pie tenderá a converger con el de países más avanzados en el mediano plazo. Se debe calcular e informar al pueblo cuándo se alcanzará esa convergencia. Por otro lado, reducen la desigualdad, se tendrían buenos resultados sociales calculados en términos de desempleo y poder de compra, porque además el salario del trabajador se protegería para que no pierda poder adquisitivo por descuento de la inflación.
Dos, reconocer, como hablan las estadísticas, que tenemos una economía de fuerte consumo de las familias e inversión de las empresas, el crédito les llega por la política monetaria, corrigió la vieja costumbre de las entidades bancarias de capturar dinero barato para enterrarlo en títulos de deuda con rendimiento superior.
Tres, estar consciente del desafío para alcanzar el crecimiento medio anual superior al umbral. Deberá identificar políticas públicas que generen suficientes incentivos para que el sector privado multiplique las exportaciones de bienes, porque el objetivo final del nuevo Gobierno debe ser que el crecimiento sostenido del PIB también lo justifique el sector exterior neto, debe plantearse que la contribución no baje de un tercio.
Porque acumulado contribuyó con 2.5 puntos porcentuales de los cuarenta puntos de crecimiento del PIB real de 2012 a 2018, significa que aportó solo 6.3 por ciento. Y que fue negativo en tres de los siete años, aunque no obstante el calor del repunte de la demanda interna acumulado las importaciones crecieron 6.17 por ciento, menos que las exportaciones que avanzaron 7.28 por ciento.
Para aumentar el aporte del sector exterior neto se debe ganar cuota de exportación en el mercado internacional. No es cualquier cosa considerando la coyuntura, la guerra comercial entre Estados Unidos y China no se limita a daños recíprocos, el FMI estima enfriamiento de la economía global, este año crecerá 3.0%, la tasa más débil desde la crisis financiera de 2008, y 3.4% en 2020, estimando pérdidas por US$700 mil millones, un 0.8% del PIB mundial.
Para América Latina y el Caribe las cosas no son mejores, hunde el pronóstico en ocho décimas, hasta 0.2% en 2019, bordeando la recesión, y 1.8% para 2020. República Dominicana crecerá 5% en 2019 y según la Cepal perdemos tres décimas en 2020, que yo atribuyo, principalmente, a incertidumbres de las primarias de los partidos políticos del pasado 6 de octubre y las elecciones generales de 2020.