Crecimiento y estabilidad, ¿es real o aparente?

Crecimiento y estabilidad, ¿es real o aparente?

El crecimiento con estabilidad, puede ser el titular con que el Gobierno Dominicano, con el Banco Central a la cabeza, resume y publicita el éxito de su política económica. Y no es para menos, ya que sus economistas y funcionarios pueden  pregonar a los cuatro vientos  sus tres éxitos incuestionables:  que el PIB crezca año tras año en más de un 5% anual; controlar el potro de la inflación, “narigoneándolo” en un solo dígito, y lograr similar éxito con la tasa de cambio, mediante una visible estabilidad cambiaria.

Eso en lo estrictamente económico, pero pienso que debemos mencionar otros dos logros: la estabilidad política, sin sobresaltos ni temores y la mayor vigencia del país en los foros internacionales.

Pero a cualquier ciudadano que tenga algo de sensibilidad social le debe llamar la atención que “se huele” una percepción social que apunta en otra dirección nada favorable a los hacedores de políticas públicas: las más recientes encuestas destacan como elemento común la insatisfacción económica de los ciudadanos y la “baja nota” con que evalúan el desempeño gubernamental.

¿Es real o aparente esta ambivalencia? ¿Debiera alentar una autorrevisión? En lo estrictamente económico pienso que existe una explicación: Crecimiento con estabilidad puede ser el fin último de la política económica en países ricos, desarrollados, con ciudadanos que viven bien, lo tienen todo. Es más, hasta pueden renunciar al crecimiento, pues conservar el estatus  es para ellos más que suficiente.

Fue lo que nos dio Trujillo por 30 años: estabilidad de todo sin crecimiento, exactamente como si fuéremos un país rico, siendo sumamente pobres.

Pero crecimiento estable sin desarrollo, en un país pobre y subdesarrollado como el nuestro, no saca de la miseria a las mayorías. Crecimiento sin que sus efectos se redistribuyan equitativamente entre la población, puede ampliar la brecha entre ricos y pobres, concentrando poder y riquezas en pocas manos, generando descontento colectivo.

Un crecimiento encarecido por  un combustible costoso y una generación eléctrica en base a plantas de emergencia, ni soñemos que puede ser competitivo, ni para generar divisas al exportar ni para competir internamente.

Que los ingresos estatales descansen demasiado en el impuesto a los combustibles  constituye hoy una muy errada política tributaria, con un impacto negativo triple en la  economía popular: vía la inflación de los alimentos,  vía el transporte de pasajeros y vía el desaliento de la microempresa. Además, es ya un “secreto a voces”  que el precio del crudo venezolano es sustancialmente menor que lo facturado, diferido su pago a muy largo plazo vía el crédito de Petrocaribe.

Otro factor controversial de la política económica, frente al visible estancamiento de la “Presión Tributaria”,  lo representa el apoyarse  en el endeudamiento externo, no tanto por el encarecimiento sino por la vulnerabilidad en un Presupuesto comprometido en más de un 40% en honrar esos compromisos.

Finalmente, y a grandes rasgos, creo que el Gobierno pudo acentuar aun más sus esfuerzos en la redefinición de una amplia y efectiva política de incentivos a la iniciativa privada en áreas claves: en las construcciones, en especial frenando el alza desbocada en los precios de insumos básicos (cemento, varillas), en la generación eléctrica (con énfasis en fuentes alternativas), en los invernaderos, en los insumos lácteos, explotando nuestro potencial como “granero del Caribe” y su impacto multiplicador vía el fomento al turismo.

Igualmente mediante una política financieramente más ambiciosa para alentar la micro y pequeña empresa  y mostrar mayor cautela al autorizar importaciones de renglones agrícolas de masiva producción.

Concentrarse

Con las recomendaciones explicadas en el texto general se  haría descansar en el sector productivo la generación de empleos y de divisas, mientras el Estado se concentra en   maximizar la atención a las prioridades nacionales: educación, salud, energía eléctrica, agua y vivienda; combatir la inseguridad ciudadana y combatir la despiadada corrupción.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas