Crecimiento y política económica

Crecimiento y política económica

Con la intención de convencer de que el crecimiento del 2011 fue 4.5 por ciento, la semana pasada las autoridades monetarias escribieron y publicaron un segundo documento. En éste también fracasaron, porque al no tener nada nuevo que aportar, hacen el ridículo queriendo presentarse con dominio de lo burlesco sin tener talento para el teatro.

Como el anterior, ponen a firmar el documento a la que construyó el dato del crecimiento, quien hace alarde de tener un supuesto dominio de conocimiento moderno que no existe, queriendo establecer diferencia con lo que se hacía ayer.

De la siguiente manera Paul Krugman contesta la falsa arrogancia intelectual: “los avances de la macroeconomía en los últimos 30 años en el mejor de los casos son inútiles y en el peor decididamente perjudiciales” (The Economist, 18 de julio 2009).

Había escrito que el crecimiento del PIB era el resultado de aplicar metodologías y herramientas a las informaciones obtenidas en fuentes primarias y secundarias. Que eran relevantes las aportadas por encuestas y fuentes orales, que por esa razón el proceso tenía parecido a la técnica del realismo mágico con el que Gabriel García Márquez había creado a Macondo.

Por intolerante, superficial y falta de argumentos técnicos en los documentos publicados como espacio pagado, ahora me convenzo de que lo determinante en el cómputo del dato del crecimiento ha sido la fuerte carga ideológica y emocional de la que los firmó y de sus redactores.

Estos aspectos deben controlarse cuando se hace historia, como la construcción del crecimiento del PIB, los valores deben estar por encima de agradecimientos. Innegociable incluso en momentos como el actual, cuando se quiere condicionar el conocimiento al poder ejercido por un partido y un Presidente de la República, quien usa el presupuesto público y las instituciones para controlarlo todo.

La que firmó y los redactores del documento, evidentemente que no superaron las tentaciones del poder como tampoco lo emocional, los delata el injustificado agradecimiento al Presidente Fernández en un documento que debió permanecer en lo técnico. Adulación que restó credibilidad a historias como la del crecimiento del PIB en el 2009 y 2011, que todavía es de medio acabar y que por espectacular la población y la oposición no digieren.

A propósito de la historia del 2009, el reporte oficial es que la economía creció 3.5%, a pesar de que el mundo estuvo en recesión. Dijeron haber aplicado una política anticíclica, cuando fue lo contrario, lo demuestro.

En el 2009 la economía vio disminuir en US$2,879 millones el flujo de recursos provenientes del exterior (exportaciones de bienes y servicios, remesas y entrada de capitales) respecto al 2008.

Los peledeístas redujeron el gasto agregado, lo que se expresó en menores importaciones de bienes y servicios por US$3,697 millones. Sobreajustaron la economía en plena crisis financiera mundial ganando reservas internacionales por US$686.4 millones, política procíclica que debieron evitar manteniendo las reservas en un nivel parecido al del 2008.

Por el sobreajuste afirmamos que el crecimiento no llegó a 3.5%, lo que nunca fue contestado técnicamente por la que se responsabilizó del documento ni por sus redactores.

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