Algunos medios publicaron que la recaudación de impuestos se había reducido en los primeros diez meses del año, pero las estadísticas indican lo contrario, aumentó a una tasa interanual de 2% y 5.7% exceptuando los ingresos extraordinarios. Lo explican las mayores actividades económicas medidas a través del PIB nominal, porque a diferencia de América Latina, la economía dominicana no ha ralentizado su crecimiento, y ese hecho ha aportado más fondos a la recaudación.
El mayor cobro de la DGII se produjo no obstante el desplome del petróleo y el oro, también la inflación que ha estado en mínimos históricos, en septiembre se situó en 0.39%, por debajo de la Meta. Los factores se combinaron para reducir significativamente el Impuesto Ad-Valorem de los hidrocarburos y el Impuesto a las Utilidades Mineras.
El gobierno debe reducir y mucho sus expectativas de ingresos por impuestos a “commodities” importados y exportados. Por el consumo de petróleo y derivados, para el 2015 estimó ingresos pensando que el barril de petróleo WTI se mantendría alrededor de US$92, pero la realidad ha sido diferente, no ha superado US$50, de hecho el pasado viernes se cotizó en US$42.35.
Lo positivo es que por menor factura petrolera el país ahorró US$1,067.6 millones en enero-septiembre 2015, superando los US$344.3 millones y US$220.7 millones de 2013 y 2014, respectivamente.
Se estimó el Impuesto a las Utilidades Mineras asumiendo que la onza troy de oro se situaría en torno a US$1,300, pero el promedio ha estado por debajo, se cotizó en US$1,078.04 el pasado viernes. Como resultado, al país dejó de entrar divisas por US$232.4 millones en enero-septiembre 2015, comportamiento que se aleja de las ganancias de US$828.6 millones y US$328 millones en los mismos meses de los últimos dos años.
Los ingresos tributarios por ambos conceptos son factores de incertidumbre que podrían comprometer el cumplimiento del presupuesto y el déficit público para 2016. Por la fuerte apreciación del dólar y la desaceleración de China, parece se mantendrá por algún tiempo el nivel actual de los precios de las materias primas, que es el más bajo en los últimos 16 años, lo indica el hundimiento del índice sobre “commodities” Bloomberg. Agrava el panorama la esperada subida de los tipos de interés de parte de la Reserva Federal, que revalorizará más el dólar.
El presupuesto del 2016 está aprobado, no hay nada qué hacer con los supuestos que lucen sobrevalorados, lo mismo sucede con los ingresos tributarios estimados por Impuesto Ad-Valorem de hidrocarburos e Impuesto a las Utilidades Mineras. Para evitar que se repita la experiencia de gastar más de lo ingresado, no lo permite el exceso de deuda pública, y que el gobierno no pretenda la cuadratura del círculo de gastar lo presupuestado sin aumentar el déficit fiscal, el camino es, como lo ha planteado el Dr. Guarocuya Félix, Director de la DGII, reformar el mercado laboral y modificar la estructura impositiva, para reducir la participación relativa en el total de ingresos de los impuestos indirectos y aumentar los directos. Es la manera de subir el peso de los ingresos tributarios en relación al PIB, al tiempo reducir la desigualdad, que ha aumentado con el crecimiento económico.