Credibilidad

Credibilidad

Otro de nuestros problemas es la gente que no se respeta. Algunos se dedican a la política y como entienden que “el fin justifica los medios”,  olvidan la frase bíblica: “lo que hace dañó es lo que sale por la boca”.

Se miente, se irrespeta a los demás como si fuésemos idiotas, que no todos lo somos.

Desde siempre los gobernantes han engañado a los gobernados y  los candidatos han usado sus mejores imágenes verbales para dibujar pájaros en el aire y embaucar  seguidores hipnotizados por las ofertas o por la dulce palabrería hueca.

Se apuesta a que alguna encuesta apoyará posiciones, promesas, ofertas, que quedaron en palabras. Lo que resulta difícil de explicar es que ocho de cada diez personas, según la encuesta, digan que ahora vivimos peor que antes y que un porcentaje mayor de esos encuestados prefiera como posible candidato presidencial al Presidente que le ha fallado. Eso no mueve a suspicacia sino a colocarse en la posición contraria.

Pero cuando el cinismo es la práctica diaria de un político su credibilidad necesariamente disminuye, aunque se pague todo el dinero del mundo y algo más, a periodistas y chupamedias que elogian y aplauden todo lo que hace el personaje.

En estos momentos vemos cómo se burla la voluntad popular,  expresada en las calles por nadie sabe cuántos cientos de miles de dominicanos, que con sólo una camisa, un cintillo, una pieza cualquiera, de color amarillo, critican profunda y seriamente, de manera definitiva, lo que es y ha sido una política de actuar de espaldas a las necesidades reales del pueblo.

Con argumentos vacíos y mentirosos se explica lo que quienes hablan sabe que es incierto, que carecen de razón, pero insisten, repiten, repiten, repiten, repiten hasta el cansancio las mentiras, en un ejercicio inútil por  convencernos de una realidad virtual.

El último ejercicio de burla contra los gobernados lo comete el gobierno ante el reclamo de que se entregue el 4 por ciento del producto nacional al Ministerio de Educación.

Cuando el  Presidente Leonel Fernández ofreció entregar a Educación el doble de lo consignado en el Presupuesto de Ingresos es porque sabe que para tales propuestas se calculan ingresos mayores que los que se consignan en el Presupuesto, para que sobre dinero y los mandatarios los usen a su antojo.

Los fondos públicos no se aplican a cubrir las necesidades reales, por eso hay tanto préstamo cuya aplicación es desviada.

Además, hay que pensar que un plan de austeridad disminuiría los porcentajes que obtienen altos funcionarios por ordenar obras, compras…

Mientras tanto, que no siga la fiesta.

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