La aprobación por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) de un crédito stand-by de US$50.000 millones para Argentina contribuirá a restablecer la confianza de los inversores mientras el Gobierno lucha contra una inflación de dos dígitos y un déficit presupuestario cada vez mayor.

El tamaño del programa de rescate, que durará 36 meses, es el mayor en la historia del FMI, aunque dependerá de cuánto utilice el Gobierno argentino. El préstamo llega en medio de una ola de ventas en los mercados emergentes que ha sacudido a las economías en desarrollo de todo el mundo, entre ellas Brasil,Turquía, Indonesia y México y ha obligado a los bancos centrales a subir las tasas de interés.

Los responsables de política están preocupados por el riesgo de contagio en medio de las crecientes tasas de interés en Estados Unidos y un dólar fuerte. Si bien la Reserva Federal se inclina por elevar las tasas cuando se reúna la próxima semana, los gobernadores de los bancos centrales de India e Indonesia han pedido esta semana a la Fed que considere las medidas.

Argentina encabeza la lista de las economías más golpeadas. El país ha indicado que tiene previsto utilizar el primer tramo del rescate, después del cual tratará el préstamo con precaución, dijo el Gobierno en un comunicado.

Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda argentino, dijo que la cantidad recibida era 11 veces la cuota de Argentina al FMI, lo cual refleja el apoyo de la comunidad internacional al país.

Argentina podría disponer del 30 por ciento del capital uno o dos días después de la reunión de la junta del Fondo el 20 de junio.

Como parte del acuerdo, el país ahora se centrará en lograr un déficit fiscal del 1,3% del producto interno bruto en 2019 y un 2,7 por ciento este año. Los objetivos anteriores eran del 2,2 por ciento y 3,2 por ciento, respectivamente. Se ha establecido un nuevo objetivo de inflación del 17 por ciento para 2019.

“Este plan es propiedad de, y está diseñado por, el Gobierno argentino, con el objetivo de fortalecer la economía en beneficio de todos los argentinos”, dijo la directora general del FMI, Christine Lagarde, en el comunicado.

Argentina buscaba una línea de crédito del FMI tras usar alzas de tasas y reservas para apuntalar el peso
Mercados cambiarios. El Gobierno de Argentina se vio obligado a entablar conversaciones con el Fondo el mes pasado, después de que tres alzas de tasas por parte del banco central disparasen los costes de endeudamiento por encima del 40 por ciento, pero no frenasen la caída en picado de la moneda argentina.
El peso ha perdido un 25 por ciento frente al dólar este año y se negociaba en 24,9850 el jueves.

El presidente Mauricio Macri inició conversaciones con el FMI el 8 de mayo, una decisión que podría costarle votos decisivos en las elecciones presidenciales del próximo año. El Fondo no es popular en Argentina y muchos ciudadanos culpan a la institución por el histórico default del país en 2001 y la consiguiente crisis económica.

El presidente del banco central argentino, Federico Sturzenegger, dijo que el banco seguirá interviniendo en los mercados cambiarios cuando haya movimientos negativos. El banco central no apuntará a la inflación este año, señaló. El Gobierno ha acordado presentar un proyecto de ley para conceder más autonomía al banco central aunque ha proporcionado escasos detalles sobre el calendario.

La economía podría expandirse entre un 0,4 y 1,4 por ciento este año, dijo el funcionario.