ALEJANDRO HERRERA CATALINO
Yo, soy un fiel creyente de la democracia y de la capacidad de los partidos políticos, como instrumentos efectivos para transformar y darle solución a muchos de los graves problemas que enfrenta nuestro país.  Yo, creo en la inteligencia del electorado, la cual ha sido demostrada en múltiples procesos electorales castigando, en su justa dimensión, a quienes han intentado ser elegido afectando el interés público.

Creo, que la repentina crisis energética es un desafió que exógenamente se le ha impuesto a la sociedad y, en la coyuntura política actual, a los partidos políticos como, incluso, una amenaza para la gobernabilidad, y no solo como un adversario económico para el partido que resultase ganador, sino como desafío de todos los partidos.  

Creo en que en nuestro país existen petro-electores, es decir ciudadanos y ciudadanas que al ejercer su derecho a elegir al interior de su partido de preferencia o fuera de éste observaran qué candidato o candidata ha tomado en cuenta las consecuencias de un excesivo incremento de la factura petrolera que impediría posteriormente el logro de sus propias promesas de campaña, ya sea porque el presupuesto del gobierno central, o porque la asignación de los gobiernos locales no será suficiente para ejecutar las obras y programas de servicios públicos. 

Creo en que los petro-electores podrían tener, junto a la intervención de la Junta Central Electoral un rol de primer orden en la modificación de la anacrónica cultura propagandística de los partidos políticos dominicanos con miras a las elecciones de medio termino del 2006 y las presidenciales del 2008.

Creo y espero ver la intervención de los petro-electores ante la desenfrenada carrera política de los precandidatos que ya han empezado sus campañas internas sin ton ni son respecto a la crisis energética.  

Creo en que los petro-electores estarían pendientes de los mas de 800 precandidatos del PRSC, los mas de 500 del PLD, los mas de 1000 en el PRD y de los otros tantos de los partidos minoritarios, observando quienes emplean estilos de campaña racionales a la crisis energética; quienes están siendo creativos evitando el uso de campañas costosas basadas en la exhibición de vallas gigantescas iluminadas toda la noche y, a veces, de día; quienes están haciendo caravanas, mitines y bandereos en el medio de avenidas que provocan gran uso de combustibles a sus seguidores y a quienes le sorprenden los entaponamientos y la obstrucciones de la circulación peatonal, sin importar el día ni la hora. 

Creo, como petro-elector que la Junta Central Electoral intervendrá para regular las campañas de los partidos evitando que se imponga la cultura política de estos transferir costos económicos a la población a través del congestionamiento y dilapidación de combustible en sus campañas electores, y el drenaje del presupuesto público en desmedro de otras prioridades también importantes.  

Creo en los petro-electores que están conscientes de que muchas intervenciones del gobierno central, de los ayuntamientos o de los partidos políticos en los actuales momentos no deben ser presentadas como solución coyuntural, de corto plazo ni como oportunismo; que iniciativas como Petro-caribe no debe ser vista como un regalo, ni como una tabla de salvación sino un paliativo financiero considerando que a largo plazo la sociedad tendrá que pagar sus intereses, los cuales serían mayores de mantenerse una cultura política basada en campañas altamente costosas.

Creo también, en que habrán partidos y candidatos racionales, que se guiaran por buenas practicas sin la necesidad de una eventual intervención de la JCE o por temerle al castigo de los petro-electores. Esos candidatos o candidatas evitaran, por todos los medios, transferir a los contribuyentes una carga mas pesada que el real costo de la democracia. Por esos y esas, votaremos los petro-electores.