Barry Eichengreen, profesor de Economía en la Universidad de California, cree que la mejor opción que le queda a China para evitar la catástrofe económica es imponer controles de capital.

Este economista estadounidense considera que Pekín debería haber permitido que el yuan flotase de forma limpia en el mercado de divisas cuando la confianza en China era infinita y la economía crecía con más fuerza. Ahora, la opción menos mala para evitar un aterrizaje forzoso es imponer controles de capital hasta que la situación económica mejore.

Explica en Project Syndicate que «aunque los más de tres billones de dólares en reservas sugieran que China puede aguantar dos años de fuertes fugas de capitales, lo cierto es que estas fugas se intensifican dramáticamente a medida que el final de las reservas se acerca. Creer en un colchón de dos años es una ilusión», explica Eichengreen.

Las otras opciones que tiene China más allá de intentar aguantar hasta que pase el temporal son las siguientes: permitir una depreciación pequeña pero constante del yuan o devaluar el yuan de forma rápida y directa alrededor de un 25%.
Así que para este profesor de Economía ambas opciones desembocarían en escenarios muy complicados para el país, puesto que una devaluación lenta vendría seguida de grandes fugas de capitales, como ha ocurrido recientemente.Por otro lado, expresa

que una devaluación repentina del yuan del 25% tampoco asegura estabilidad, puesto que la deuda de las empresas chinas denominada en divisas extranjeras crecería de forma exponencialmente, dejando muy tocados los balances de estas firmas.