POR GERMAN MARTE
Para el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, en la comunidad internacional no hay conciencia sobre la grave situación que está viviendo Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, y por eso no se ha logrado despertar la solidaridad que se requiere.
Dijo que la empobrecida nación se sabe muy poco, apenas se tienen informaciones vagas, “se sabe que hay una producción de pintura que despierta interés, se sabe que Haití habla francés, un patois más o menos, que tiene una población negra fuerte, es lo que se sabe, no se tiene mucha idea”. A su juicio, el caso de Haití es mucho más dramático que el de Bolivia.
“Nos falta el valor para levantar el tema de Haití como una cuestión moral. Es inaceptable que estando aquí donde está, al lado de Estados Unidos, y en una región donde hay algunos países que tienen alguna capacidad de acción, que no se haga algo consistente”, expresó Cardoso cuyo país encabeza la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTHA).
Observó que después de la II Guerra Mundial los americanos implementaron el “Plan Marshall” para ayudar a una Europa devastada por el conflicto bélico, mientras que la Comunidad Europea le aportó dinero a Grecia, España y Portugal, para ayudar a que estos países se desarrollaran. En el caso de Haití, sentenció el sociólogo, esa pequeña nación no podrá salir de la miseria si no hay un empuje fuerte de la comunidad internacional.
Aunque no planteó una receta, el ex mandatario dijo que habría que ver diferentes opciones como el turismo, alguna plantación, pero en todo caso se necesita un esfuerzo concentrado.
“Falta solidaridad internacional en todo. Brasil está claro en el caso de Haití, es una vergüenza que no tengamos sentimientos de culpa por la cuestión de Haití”, expresó el ex presidente en el Almuerzo Semanal de los Medios de Comunicación del Grupo Corripio.
Sostuvo que los primeros que deberían estar interesados en que la patria de Dessalines salga de la situación en que está deben ser los Estados Unidos, porque frenaría un poco la migración hacia ellos.
Aunque también son pobres, Ecuador y Bolivia tienen estados organizados, fuentes de riqueza. Por eso, la indiferencia es “imperdonable”, “es que no miramos hacia Haití, como si no existiera”.
Dijo que hasta los intelectuales, quienes tienen más libertad de palabra que los políticos, no demuestran gran interés por la suerte de la nación más pobre de la región. Junto a Cardoso participaron en el encuentro del Grupo Corripio su edecán Aurelio Guerrero y Juan Santamaría, asistente del presidente Leonel Fernández.