Cree DR-Cafta amenaza dominicanidad

Cree DR-Cafta amenaza dominicanidad

POR TEOFILO ABREU
Si existe hoy día una verdadera amenaza a la dominicanidad, no es Haití, sino Estados Unidos, luego de la firma del Tratado de Libre Comercio entre esa nación, Centroamérica y República Dominicana -DR-CAFTA, afirmó el economista Miguel Ceara Hatton.

 Advirtió, asimismo, que tras la entrada en vigencia de esos acuerdos, será más cuesta arriba para que el país pueda alcanzar el desarrollo humano, ya que en dos años deberá provocar los cambios estructurales que no se han hecho en 40 años.

  Ceara Hatton expuso en el seminario «Los Tratados de Libre Comercio en la Historia Dominicana», organizado por la Academia de Ciencias de la República Dominicana, en el que participaron economistas e intelectuales nacionales.

  Afirmó que el DR-CAFTA constituye el elemento más importante en la historia dominicana en los últimos 100 años y, probablemente, desde la independencia nacional, ya que se le da capacidad legal a Estados Unidos de ingerencia en todos los aspectos de la economía del país.

  «Antes intervenían por la fuerza; no tenía una razón moral, y ahora se le da la base legal para esa intervención», expresó Ceara Hatton, y señaló que ese acuerdo a condicionar la actividad económica del país para las próximas décadas.

  Indicó que el acuerdo le da trato nacional y con mayor favoritismo a las empresas norteamericanas, lo que significa que los empresarios de esa nación deberán recibir igual y hasta un mejor trato que los dominicanos, ya que los nativos no tienen el mismo nivel de presión que los estadounidenses.   «Esto con el agravante de que con el acuerdo habrá movilidad de personas de allá hacia acá, no de aquí hacia allá», apuntó.

  Señaló que de ahora en adelante todas las leyes que sancione el congreso dominicano, para poder entrar en vigencia, primero tendrán que estar en consonancia con el DR-CAFTA.

  Ceara Hatton señaló como otra desventaja para el país es el peso cultural, militar y político de los Estados Unidos y la capacidad de utilizar ese poder, lo que se ve a diario en las empresas transnacionales y en los diferentes productos que comercializan hacia este país.

  A juicio del economista, las importaciones estadounidenses desde la República Dominicana representan menos de un cuarto por ciento.

  «Esto me lleva a pensar que si existe una verdadera amenaza a la dominicanidad, hoy día, no es Haití; viene de los Estados Unidos. Con Haití estamos obligados, por un principio moral, por la condición de humanidad, a garantizar un trato digno a los haitianos que residen legal o ilegalmente en la República Dominicana», explicó.

  Añadió que con Haití el país tiene intereses comerciales y de otra naturaleza que se derivan compartir una misma isla, pero señaló que «no hay ninguna legislación que nos obligue a ir más allá del respeto y la cordialidad que debe existir entre dos naciones que comparten frontera».   «Como nación estamos perdiendo espacio político. Estamos orientados exclusivamente hacia los Estados Unidos. Hemos confundido la inserción a la economía mundial con la inserción a los Estados Unidos. Hemos confundido la globalización y la apertura hacia el mundo con estrechar nuestros vínculos con los Estados Unidos», sostuvo.

  Significó que la República Dominicana ha borrado del mapa todo los demás y ha restringido sus relaciones económicas prácticamente a un solo país.

  «Nos estamos aislando, y decimos con orgullo que en 90 por ciento es con un solo país. Estados Unidos no es el único país del mundo. Es muy importante, se necesita, con relaciones recíprocas de respeto, pro no es el único país del mundo», apuntó.

  Señaló que lo trágico de todo esto es que el DR-CAFTA no fue una imposición de los Estados Unidos, sino que fueron grupos políticos nacionales y un sector específico del empresariado local quienes  hicieron hasta lo imposible por lograr una adhesión, no una negociación.

  En ese sentido, expresó que se renunció a cualquier posición en el ámbito internacional, que aún siendo beneficiosa para los intereses del desarrollo dominicano, pudiera generar un gesto de desagrado de los funcionarios dominicanos», apuntó.

  Señaló que el país no negoció nada del contenido del acuerdo, ni se hizo una evaluación de impacto, de manera precipitada en tres meses, y se negoció a todo lo que tenía que ver con trato especial y diferenciado.

  «A veces tengo la impresión de que hay algunos políticos del siglo 21 que se olvidaron de Duarte y Luperón, y se sienten entusiasmados con terminar la obra inconclusa de Santana y Báez del siglo 19», puntualizó.

Publicaciones Relacionadas