PRETORIA (AP).- Sudáfrica expresó el miércoles confianza en que la presencia allí del depuesto presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide será temporal y que un día Aristide podrá retornar a su nación.

«Estoy seguro de que todo el mundo trabajará para que Haití se convierta en un país normal», dijo el canciller Nkosazana Dlamini-Zuma en una conferencia de prensa. «Pienso que (Aristide) podrá retornar a su país cuando la situación sea estable».

Aristide insiste en que es el presidente de Haití y ha prometido que retornará. Sin embargo, un gobierno interino está asentado en el poder y están previstas unas elecciones presidenciales para el 2005.

Inclusive, los nuevos líderes de Haití han abierto una investigación sobre la corrupción durante el gobierno de Aristide y sobre los rebeldes que ayudaron a derrocarlo.

Dlamini-Zuma evadió preguntas sobre si Sudáfrica estaría dispuesto a acoger indefinidamente a Aristide, afirmando que de llegar el momento lo analizarán en ese entonces.

Aristide salió de Haití el 29 de febrero, cuando los rebeldes se acercaban a la capital. Tras salir dijo que Estados Unidos había forzado su derrocamiento, lo que Washington niega. Su primer destino fue la República Centroafricana, donde estuvo unas semanas antes de volar a Jamaica, retorno que generó malestar en el gobierno interino de Haití por temor a que su presencia en la región desestabilizaría aun más el país. Jamaica está a 160 kilómetros al oeste de Haití.

Los 15 miembros del Caricom solicitaron con éxito ante Sudáfrica que le suministrara asilo temporal a Aristide. El ex dirigente llegó con su familia el lunes.

Dlamini-Zuma dijo que Aristide es libre de expresar sus opiniones, contrariamente a las restricciones que le impusieron en los otros países que lo acogieron.

«No estoy segura sobre si organizará una lucha armada desde aquí», dijo. «El no es un prisionero. Es una persona libre».

Aristide, que sólo se ha pronunciado en un escueto comunicado desde que llegó, aún no ha hablado ante la prensa.

La oposición sudafricana ha criticado la presencia de Aristide en Haití y argumenta que eso le cuesta dinero al contribuyente. El gobierno señala que el país tiene una responsabilidad de contribuir a los esfuerzos internacionales de estabilizar Haití.