Cree gobierno saliente pone tampas al entrante

Cree gobierno saliente pone tampas al entrante

El economista Frederic Emam Zadé Gerardino afirmó que el gobierno saliente esta dejándole trampas al entrante. Sin embargo, planteó la posiblidad el actual gobierno caiga en su propia trampa antes del 16 de agosto, «pues dada la mezcla actual de las políticas del gobierno y las tendencias que están siguiendo ciertas variables monetarias y fiscales exógenas y por ende ciertas variables endógenas como la tasa de inflación, las tasas de interés y el tipo de cambio del dólar, es posible que el presente gobierno coseche entre 70 y 80 (setenta y ochenta) pesos por dólar y cerca de un 100% (cien por ciento) de inflación anual antes de entregarle el poder al próximo gobierno».

Consieró que «las implicaciones económicas de este nuevo colapso sobre el quebrado sistema eléctrico y el frágil sistema bancario serian nefastas y las implicaciones para el partido del gobierno saliente serán, quizás, apocalípticas».

«A nadie debería sorprenderle que el gobierno saliente, coherente con la conducta que provocó su salida, falte de nuevo a su palabra empeñada ante el país y el FMI», expresó.

Agregó que tras haber perdido las elecciones y haber prometido cooperar con el gobierno entrante, «las autoridades salientes ya están sembrando las semillas de la discordia con su negativa a cumplir con el compromiso de realizar una Reforma Fiscal antes de Julio de el presente año».

Consideró que esté nuevo incumplimiento era predecible desde el momento en que se decidió no hacer la Reforma Fiscal antes de la firma del segundo acuerdo con el FMI; porque obviamente la reforma era para subirle los impuestos al pueblo y eso no convenía hacerlo antes de las elecciones».

«El razonamiento lógico de algunos funcionarios de gobierno era el siguiente: si ganaban aprovecharían su nueva luna de miel para aumentarle los impuestos y castigar a los «ricos» que apoyaban a su opositor y si perdían la pospondrían para cargarle el costo político de la reforma al nuevo gobierno y acumular capital político desde la oposición para las elecciones legislativas del 2006″, explicó.

Además, dijo que «no faltó quien razonara que negarse a la reforma fiscal también podría servirle al gobierno saliente como una ficha para negociar con el entrante, inmunidades e impunidades para algunos de sus funcionarios y una que otras leyes adicionales o reformas constitucionales para beneficiarlos políticamente».

«Afortunadamente, estas diabluras del presente gobierno podrían convertirse en una bendición disfrazada de maldición para el país y el nuevo gobierno, pues al verse imposibilitado de poder aumentar sus ingresos, el nuevo gobierno estará obligado a mejorar la calidad de sus gastos públicos y a reducir sustancialmente sus gastos corrientes, sobretodo la burocracia gubernamental y su enorme red de dependientes en beneficio del pueblo y en perjuicio de la clientela política del partido que de nuevo regresa al banquillo de la oposición», expresó.

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