Cree hay percepción de que divisas son del Estado, no de las empresas

Cree hay percepción de que divisas son del Estado, no de las empresas

El economista Luis Manuel Piantini consideró que en el país se tiene la percepción de que las divisas pertenecen al Estado y no a las empresas que asumen riesgos para producirlas.

Dijo que por esa razón durante mucho tiempo se han impuesto todo tipo de restricciones al uso de las divisas por parte del sector privado.

Al ofrecer una conferencia auspiciada por la Cámara de Comercio capítulo San Pedro de Macorís, Piantini afirmó que pese a todas estas restricciones el gasto público ha desbordado estas represas y durante los últimos 22 años el país ha vivido tres grandes crisis cambiarias 1981 84, 1989 91 y 2002 04, que han desbastados los ingresos y riquezas de su población, teniendo que recurrir al apoyo financiero del Fondo Monetario Internacional en 5 ocasiones y a renegociaciones de la deuda con la banca internacional y con los gobiernos del llamado Club de París en 3 ocasiones.

Recordó que durante el período 1982 94, por el no pago de la deuda comercial, el país tuvo que realizar en efectivo las operaciones de su comercio internacional pues estuvo prácticamente cerrado el crédito de la banca internacional y las escasas reservas internacionales del Banco Central tenían que ser depositadas en bancos centrales de países desarrollados para que no fueran embargadas.

Explicó que pese a los enormes atrasos por el no pago de la deuda externa bilateral y privada durante la segunda parte de la década de los años ochenta el país (en Septiembre del 1989) tenía sus reservas internacionales agotadas, pues no existían divisas ni para pagar la factura petrolera.

«Este hecho demuestra que es una falacia el creer que el no pago de la deuda externa traerá más holgura en nuestras disponibilidades de divisas, pues al contrario ahuyentará a la inversión privada, a los flujos de recursos externos que complementan a nuestro escaso ahorro interno, a las fuentes de financiamiento externo que facilitan nuestro comercio exterior y provocará una creciente fuga de capitales nacionales», expresó.

Agregó que después de experimentar un rápido crecimiento económico y un importante aumento de nuestro comercio internacional durante la pasada década, la economía dominicana se encuentra enfrentando las consecuencias de una profunda crisis financiera y cambiaria.

Consideró que las causas de dicha crisis tiene orígenes tanto externos como internos.

Dijo que la desconfianza en el mantenimiento del valor de nuestra moneda comenzó con el incremento en la aprobación por parte del Congreso de prestamos externos y la monetización que del déficit público generó la colocación de los primeros bonos soberanos en las reservas del Banco Central, las cuales se iban disminuyendo a medida que se monetizaba el gasto público con el uso de dichos bonos.

La crisis bancaria que representó un 20% del Producto Interno Bruto aumentó la desconfianza hasta el punto de que, pese al enorme ajuste del gasto privado durante el pasado año equivalente al 15% del PIB, se produjo una salida de capitales, buscando refugio en monedas fuertes, que se estima en alrededor de 2,400 millones de dólares, agregó.

Advirtió que la solución definitiva de la presente crisis tiene unas características muy complejas y diferentes a las de las anteriores, pues la misma no se resuelve con solo equilibrar las cuentas del gobierno, ya que su problema básico está centrado en los llamados déficit cuasi fiscales que originan la enorme deuda del Banco Central con el sector privado en forma de certificados, debido al rescate de los depositantes.

O sea, el pagar los intereses de esos certificados origina nuevas emisiones monetarias y para que estas no presionen al alza de los precios internos o a la devaluación del peso, el Banco Central tiene que desmonetizar esas emisiones mediante la colocación de nuevos certificados, constituyéndose en un factor de retroalimentación del problema, a menos que el pago de los intereses sea compensado con transferencias de recursos del Gobierno al Banco Central, equivalentes al 3.9% del PIB, explicó.

Consideró que la solución que a su juicio es más viable para enfrentar este problema es la dolarización de la economía.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas