Cree retiro de Irak afectaría relaciones

Cree retiro de Irak afectaría relaciones

WASHINGTON (AFP).- La retirada de los soldados españoles, hondureños y dominicanos de Irak puede tener «consecuencias» en las relaciones entre dichos países y el gobierno republicano del presidente George W. Bush, quien no ha tenido en los últimos años «reticencias en manifestar su malestar».

La administración de Bush «es un gobierno que ha demostrado en otras ocasiones que no tiene reticencias en manifestar su malestar», explicó a la AFP Arturo Valenzuela, el ex jefe del buró latinoamericano del Gobierno de Bill Clinton (1992-2000).

«Eso se vio con el caso de Chile y México en relación al voto en el Consejo de Seguridad», donde ambos países se negaron a apoyar la guerra en Irak, recordó el actual director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown.

Por ello, el anuncio del abandono de la coalición en Irak por los tres países «sí puede tener consecuencias», aseguró el analista.

«Tengo entendido que hubo presiones muy fuertes cuando se buscó el apoyo» de los países latinoamericanos para partipar en la posguerra en el país árabe, declaró.

«Si hubo presiones muy fuertes cuando se buscó el apoyo en un comienzo, va a haber presiones también fuertes ahora que se han retirado», aseguró.

Por el momento, el presidente Bush y el secretario de Estado Colin Powell se limitaron a «lamentar» oficialmente la decisión de España, Honduras y República Dominicana.

El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, dejó entender, sin embargo, que el momento elegido para este anuncio no era el más apropiado.

«Como saben, estamos en un momento de prueba, con los enemigos de la libertad intentando hacer descarrilar (en Irak) la transición hacia la soberanía y la transición hacia la democracia», aseguró el vocero.

«Es un momento terriblemente difícil, cuando lo que está tratando de hacer Estados Unidos es sumar más fuerzas y pedirle a la ONU que juegue un papel más protagónico», explicó Valenzuela.

Con la condición de conservar el anonimato, algunos responsables del gobierno de Bush expresaron abiertamente su malestar, principalmente con España, cuya decisión abrió el camino a la de Honduras y República Dominicana.

Una fuente del Pentágono se quejó con amargura de las consecuencias para Estados Unidos de la retirada española. «Esta no es la forma en la que tendrían que tratarse países aliados», declaró una de las fuentes al Washington Post.

«Respetamos totalmente su decisión política de retirar sus fuerzas, pero la forma en la que lo están haciendo es una gran decepción», declaró la misma fuente.

Para Valenzuela, «dicha molestia se debe más a que los españoles habrían acelerado la salida de los soldados», al tiempo que subrayó que la decisón de los tres países constituía «un revés importante» para Bush.

«Creo que la retirada (…) contribuye a restarle al gobierno de Bush el argumento principal de que ésta es una coalición de gobiernos afines y que hay una contribución importante de la comunidad internacional», agregó.

Para intentar explicar la decisión «soberana» del nuevo gobierno español, Zapatero envió el miércoles a Washington a su canciller, Miguel Angel Moratinos.

El ministro intentó convencer a Powell y a la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, de que la reirada de los 1.432 soldados españoles de Irak era «el pasado» y que había que mirar hacia el futuro. No ocultó que ambos responsables estadounidenses «expresaron cierta decepción».

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