Creen Cho buscaba gloria eterna

Creen Cho buscaba gloria eterna

CHICAGO (AFP).- El asesino de la Universidad de Virgina Tech, descrito como un joven solitario desequilibrado, buscaba la “gloria eterna” al enviar un video a la cadena NBC, en el que explicaba algunas de sus razones para matar al menos 30 personas, opinaron los expertos.

Las palabras furibundas y muchas veces incomprensibles del estudiante sudcoreano Cho Seung-Hui, de 23 años, en videos enviados a la cadena de televisión estadounidense, acompañadas de fotos de sí mismo con posturas amenazantes, dieron un pantallazo general de lo que pasaba por su mente al planear la peor masacre contra un centro educativo en la historia de Estados Unidos.

“Este hombre era un delirante, bastante paranoide. No puedo afirmar que escuchaba voces, pero no me sorprendería si así fuera”, dijo Steve Hinshaw, presidente del departamento de psicología en la Universidad de Berkeley, California.

Si bien resulta imposible para cualquier experto diagnosticar la enfermedad mental de Cho tras ver sus videos y sus acciones, la mayoría coincidió que el joven podría sufrir de un grave cuadro de fatuidad y posiblemente una depresión bipolar o esquizofrenia.

“El dejó bien claro que estaba cansado del desprecio, y la manera de expresarlo fue en un acto de autodestrucción y un encendido deseo de gloria”, dijo Hinshaw en una entrevista telefónica. “Es escalofriante plantearlo de esta manera, pero hay veces que una enfermedad mental pude adueñarse de una persona de manera de buscar la empatía de los otros a través de una acción que demuestre lo que ha sufrido”, explicó.

Cho lanzó su ira contra los “niños ricos”, el “libertinaje” y los “charlatanes embusteros”, en un escrito que dejó en su habitación en una residencia del campus. Similares acusaciones se repitieron en las 23 cintas de video y 43 fotografías que envió a la NBC. Pero el receptor de su rabia es una incógnita, ya que el joven sudcoreano sólo habla de “ustedes”.

   “Ustedes tenían cien mil millones de opciones y maneras que hubieran evitado lo que pasó hoy”, señaló Cho Seung-Hui en una de las cintas.

   “Pero ustedes decidieron derramar mi sangre. Ustedes me arrinconaron y me dejaron una sola opción. Ahora tienen sus manos manchadas de sangre para el resto de sus vidas”, afirmó en las cintas difundidas el miércoles.

   “No tenía por qué hacer esto. Podría haber partido. Podría haber huido. Pero no, no me escaparé más. No es por mí que lo hago. Lo hago por mis hijos, por mis hermanos y hermanas (…). Lo hice por ellos”, dijo Cho.

   Esta declaración final parece reivindicar que la vida de Cho no tenía sentido y tenía que demostrar lo que había sufrido, indicó Hinshaw.

   “Es común este tipo de comportamiento en personalidades nihilistas y narcisistas: mi vida no vale demasiado la pena pero voy a ir hasta las últimas consecuencias para hacerle saber a las personas lo que he sufrido”, añadió.

   Este tipo de enfermedad es poco común, aseguró.

   El mismo día en que los videos fueron divulgados, la policía informó que el asesino había sido denunciado en 2005 por acoso por dos jóvenes estudiantes y remitido a un hospital psiquiátrico, en medio de temores por su suicidio.

   “Lo más lamentable del asunto es que intentaba buscar publicidad y la consiguió”, subrayó Mark Horowitz, profesor de psiquiatría de la Universidad de San Francisco, California (oeste).

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