Creen EU seguirá guerra en Irán

Creen EU seguirá guerra en Irán

WASHINGTON (AFP) – La Casa Blanca negó el lunes que Irán sea el próximo objetivo de la llamada «guerra contra el terrorismo», versión difundida por la revista The New Yorker, la misma que destapó el escándalo de torturas en la prisión de Abu Ghraib.

   El gobierno estadounidense reaccionó ante esa versión afirmando que privilegiará la vía diplomática para buscar una solución al conflicto por el programa nuclear de Teherán.

   El Pentágono, por su parte, respondió que el artículo de The New Yorker «está plagado de imprecisiones tan grandes que destruyen la credibilidad» de la denuncia.

   El comunicado del vocero del Pentágono, Lawrence DiRita, agrega: «las ambiciones nucleares aparentes del régimen iraní y de sus aliados terroristas constituyen un reto mundial y merecen un tratamiento un poco más serio que las aseveraciones de Seymour Hersh en su artículo publicado en The New Yorker».

   Según una nota de la última edición de la revista, firmada por Seymour Hersh, comandos estadounidenses efectuaron misiones secretas de reconocimiento en Irán el último verano boreal para localizar eventuales objetivos nucleares y químicos.

   Para Hersh, el objetivo de esas misiones secretas fue obtener información sobre una treintena de sitios estratégicos.

   «Funcionarios civiles del Pentágono señalaron que se pretende destruir en Irán tanta infraestructura militar como sea posible», le dijo al periodista un informante anónimo citado como «un asesor del gobierno con estrechos vínculos con el Pentágono».

   Un ex alto funcionario de los servicios de inteligencia, también citado por The New Yorker, indicó que «se ha lanzado una guerra contra el terrorismo de la que Irak era sólo una parte. La administración Bush considera (a toda la región) como una inmensa zona de guerra. Muy pronto asistiremos a la campaña en Irán».

   Ese informante, bajo estricta condición de anonimato, afirmó que un comando estadounidense se encontraba en el sur de Asia y trabajaba codo a codo con un grupo de científicos paquistaníes que han tenido negocios con expertos nucleares iraníes.

   Ese comando se unirá a otro en el este de Irán para buscar instalaciones nucleares subterráneas y, a cambio de la cooperación, según Hersh, el presidente paquistaní Pervez Musharraf habría recibido la garantía de que no sería obligado a entregar a Abdul Qadeer Khan, padre de la bomba atómica paquistaní, algo que desmintió Islamabad.

   Estados Unidos pretendía interrogar a Khan sobre su papel en la venta de secretos nucleares a Irán, Libia y Corea del Norte.

   También Israel estaría implicado en la operación secreta, y especialistas israelíes suministrarían a Estados Unidos listas de blancos potenciales en Irán, según esta versión.

   El citado asesor próximo al Pentágono confió a la revista que los funcionarios civiles, y particularmente el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, su segundo Paul Wolfowitz y los llamados «neo-conservadores» miembros del gobierno, «quieren ir a Irán y destruir tanta infraestructura militar como sea posible».

   Rumsfeld y Wolfowitz consideran, según The New Yorker, que el régimen iraní no resistiría una ofensiva militar y se desmoronaría como ocurrió con los países del ex bloque soviético.

   «Está claro que Irán nos preocupa. Irán preocupa a todo el mundo», dijo el domingo a la cadena CNN Dan Bartlett, un colaborador próximo a George W. Bush, que señaló que el artículo del The New Yorker «está plagado de inexactitudes».

   «Nosotros trabajamos con nuestros aliados europeos para intentar convencer al gobierno iraní de que no continúe su programa de desarrollo de armas de destrucción masiva, especialmente nucleares», agregó Bartlett.

   Washington tiene la voluntad de seguir colaborando con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para alcanzar una solución diplomática, señaló.

   Teherán aceptó en noviembre pasado suspender su programa de enriquecimiento de uranio, que puede tener tanto una finalidad civil como militar. Ese compromiso fue suscripto con Europa a cambio de una promesa de cooperación tecnológica, nuclear, económica y en el campo de la seguridad.

   El periodista de The New Yorker salió al cruce de todos los desmentidos que parten de la Casa Blanca.

   Hersh cree que «los halcones» -línea más dura del Partido Republicano- están convencidos que la mediación europea para que Irán renuncie a su programa de enriquecimiento de Uranio está destinada al fracaso y cuando esto suceda Estados Unidos entrará en acción.

   «El próximo paso es Irán. Es así. Lo están planeando», dijo Hersh quien fue entrevistado por la CNN.

   Mientras tanto el Pentágono busca información fidedigna sobre armas iraníes para evitar otro bochorno como el de Irak, donde nunca encontraron las armas de destrucción masiva.

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