Aunque con los esfuerzos que hace el Gobierno no se vislumbran riesgos en la sostenibilidad de la deuda dominicana, el nivel del servicio de la misma para 2014, de 45.3 por ciento del total de ingresos tributarios, restringe mucho la capacidad del Gobierno de realizar políticas públicas de desarrollo y redistribución de ingresos, ya que a ese servicio se agregan gastos fijos como el subsidio eléctrico.

Así lo plantean en un estudio publicado en la página web del Banco Central los técnicos Harold A. Vásquez-Ruiz y Rafael Rivas, quienes piden complementar los esfuerzos que hace el Gobierno con una serie de reformas fiscales estructurales que aumenten la eficiencia del gasto público y mejoren la capacidad del Gobierno de recaudar impuestos.

Estas reformas también pueden incluir aspectos financieros, como la sustitución de deuda local de alto tipo de interés por deuda internacional de menor interés y mayor vencimiento, agregan.

Adicionalmente, sugieren que las autoridades podrían considerar la posibilidad de implementar una regla fiscal que garantice la sostenibilidad de las finanzas públicas en el largo plazo.

Estos técnicos señalan que los países que han tenido éxito en estas reformas, como Chile y Perú, se han enfocado en la reestructuración del “stock” de deuda (sustitución de deuda bancaria local por deuda internacional a menor tasa de interés y mayor vencimiento), reordenamiento de las políticas de ingresos y gastos mediante la implementación de reformas tributarias integrales, y control de la política de gasto mediante la implementación de reglas fiscales, entre otros mecanismos.

El análisis de estos técnicos sugiere que el resultado primario necesario para mantener el nivel de deuda sobre PIB constante es de un déficit de 0.81% del PIB; mientras que el balance primario necesario para disminuir el nivel de deuda pública hasta el 40 por ciento del PIB (nivel consistente con las estimaciones para el nivel de deuda al año 2017 del Reporte de Consulta del Artículo IV de 2012 del FMI) es de un superávit de 0.64% del PIB.

En cuanto a la relación de la deuda externa con el PIB, señalan que es posible que el dinamismo económico esté fundamentado en sectores formales de escasa tributación, como es el caso que tiene el sector servicios en la República Dominicana.

“Todos estos factores pueden ocasionar que el nivel de deuda de los países con relación al tamaño de sus economías no corresponda con el peso que podría tener el servicio de la deuda con relación a las recaudaciones fiscales”, explican.

El estudio indica que el nivel de deuda sobre producto de la República Dominicana (37.9%) está muy cercano al nivel promedio de la región (37.7%).

También, hicieron notar que el nivel de endeudamiento no guarda una estrecha relación con el tamaño de las economías.

Señalan que en la gráfica muestra que en la región existen economías grandes tanto con niveles bajos de endeudamiento (Chile y Perú) como con niveles altos de endeudamiento (Venezuela y Brasil).

El mismo patrón se observa en economías pequeñas, como Ecuador y Uruguay.

Al observar la deuda consolidada de los países de Centroamérica, Guatemala destaca por poseer un nivel de deuda pública consolidada muy por debajo de sus vecinos países.

La República Dominicana, de incluirla en este grupo, ocupa el segundo lugar en endeudamiento, el cual se coloca entre 10 y 15 puntos porcentuales por debajo de la deuda que tienen Costa Rica y El Salvador, respectivamente. En el caso de Chile, la deuda consolidada neta negativa indica que el Gobierno es un acreedor neto.

El estudio explica que cuando se toma en cuenta el indicador de deuda sobre producto, tanto la deuda bruta del Gobierno central como la deuda consolidada de República Dominicana se encuentran muy por debajo de los niveles mostrados en Centroamérica.