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La programación de los medios de comunicación dominicanos, principalmente la televisión, la radio y el Internet, está influenciando, con sus mensajes violentos, en el mal comportamiento y la violencia que con frecuencia expresan en las escuelas niños y adolescentes.
El llamado de alerta lo hacen el presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Radhamés Camacho, y la directora de la Regional Educativa 10, Argentina Henríquez Rodríguez.
Dicen que son muchos los programas que se transmiten por los canales de televisión y de radio, incluyendo los estatales, que estimulan la violencia, el consumo, la vida fácil y otras malas prácticas que en nada contribuyen a fortalecer los valores que se enseñan en las escuelas.
También recomiendan a los padres ser vigilantes con sus hijos en lo que tiene que ver con el acceso a Internet.
Según un estudio realizado por The Allies In Prevention Coalition, los niños ven un promedio de cuatro horas diarias de televisión; escuchan música entre cuatro y cinco horas y utilizan videojuegos más de siete horas a la semana. La televisión es una de las actividades favoritas de los niños y se estima que la TV estimula por lo menos 10 por ciento de la violencia juvenil.
De acuerdo a encuestas realizadas: 1 de cada 5 niños será objeto de un depredador o pedófilo cada año. El 30 por ciento de los adolescentes dice que ha sido víctima de acoso sexual en una sala de chat, pero solo el 7% le cuenta esto a sus padres, por temor a que le limiten o nieguen el acceso a Internet.
En el portal educando.edu.do se advierte que los juegos de video con violencia son los más populares. En diferentes estudios se ha mostrado que estos vídeos incrementan los niveles de agresión en los jóvenes y en los niños.
La música contiene una letra que a menudo hace referencia al sexo, drogas, alcohol y a la violencia. La música pesada y música de rap han glorificado la violencia. Algunos artistas han sido acusados de crímenes violentos en la vida real. Esto puede distorsionar la perspectiva de los niños, subraya.
Seguimiento de los padres. Para Camacho, si los niños los niños y adolescentes no cultivan los valores en el hogar, el esfuerzo que se hace desde la escuela no se completa para alcanzar una educación de calidad e integral. Deplora que niños y adolescentes permanezcan largas horas frente al televisor y a Internet sin ser monitorizados por sus padres o tutores. Dice que son víctimas de bombardeos de programas chatarras.
En tanto, la profesora Henríquez Rodríguez dice, de manera airada, que se vive de hipocresía porque se producen protestas contra la violencia pero en los medios de comunicación lo que se transmite es violencia, se le enseña a los muchachos cómo y dónde consumir drogas. ¡Santos son ellos! Aquí no hay control, todo el mundo dice disparates, se presenta pornografía, se dicen malas palabras en la radio. Es violencia a todas horas.
La maestra dirige unos 400 centros educativos pertenecientes a la regional 10, que representan el 30% de la población total estudiantil, esto es unos 500 mil alumnos. Critica a las entidades que tienen que velar por la difusión de valores en los medios de comunicación. Se refirió específicamente a la Comisión de Espectáculos Públicos. Los que están en esa institución no trabajan, solo cobran, dijo.
La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño señala en su artículo 19 que es obligación de los Estados Partes adoptar todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño o niña se encuentren bajo la custodia de los padres, de un representante legal, o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.
La clave
Ley alta tecnología
RD es uno de los pocos países que tiene una ley que sanciona la posesión y distribución de pornografía infantil: Ley 53-07 Contra Crímenes y Delitos de Alta Tecnología. Se busca regular los Centros de Acceso Públicos y sobre el bloqueo de páginas de Internet con contenido de explotación sexual comercial de niños y adolescentes. Respecto a los programas de TV y de radio es común ver y escuchar escenas de programas en horas no aptas para menores.
