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Lo mejor que le puede pasar al béisbol esta temporada muerta es que Albert Pujols firme con los Cachorros de Chicago.
Pocos dentro del juego piensan que el coqueteo de Pujols con los Cachorros es algo más que ambas partes usándose uno al otro, ellos están hablando y se van a reunir y por eso sigue siendo una posibilidad para explorar cómo la devastación de San Luis valdría la pena a favor del resto del deporte.
La NBA presentó ese ejemplo el año pasado con el fenómeno que hoy puede conocerse como el Corolario de LeBron: Cuando alguien con lazos emocionales con una ciudad no solo rompe ese lazo sino que lo hace de manera cruel, cataliza el interés en él y su deporte.
Pujols no tiene la figura polarizante de LeBron. Pero él es, por mucho, una persona cuya habilidad de pegarle a la pelota más fuerte que cualquiera en el béisbol lo pone en una estratosfera similar.
Aun así, dejar la mejor ciudad del béisbol por sus archirrivales constituiría un acto de traición mayor que LeBron James cambiando el Noreste de Ohio por Florida.
Cleveland no tenía nada en contra de Miami. San Luis odia a Chicago.
Mientras la NBA se preocupaba porque el caso LeBron molestaría a los fanáticos, hizo justo lo contrario.
Se convirtió en el alma de la NBA: El Mundo vs LeBron y los Heat de Miami.
Su construcción atrajo las críticas, sus fracasos muchas risas y fueron analizados profundamente.
Era un asunto de amor u odio. Los Heat estaban locos por ser vistos.
Aun así, no es una exageración decir que si Pujols se va de los Cardenales por los Cachorros un nuevo standard de odio contra un atleta profesional. Es como cuando Leo Durocher se fue de los Dodgers a Los Gigantes, un movimiento que aun molesta a los fanáticos de Brooklyn.
El mercado del béisbol ha estado tímido ya que se piensa que cualquier oferta solo serviría de palanca para que Pujols vuelva con los Cardenales y los obligue a mejorar su oferta de nueve años y US$198 millones durante los entrenamientos de primavera.
A los Cachorros eso no les importa.
Si coquetear con Pujols significa que su precio suba y eso afecta a sus rivales divisionales, mucho mejor.
Y con el nuevo presidente Theo Epstein y el gerente general Jed Hoyer tratando de cambiar la mentalidad de mediocridad de los últimos años, meterse en la puja por Pujols le da un buen sentimiento a los Cachorros, a pesar de que puedan amarrarse a un mal contrato. Si él vuelve a San Luis, probablemente iba a hacerlo de todas formas.
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Un buen show
Si Pujols encuentra la audacia para abrazar a los Cachorros y dejar a los Cardenales, tendría que recibir todo el amor de la fanaticada de la Ciudad de los Vientos.
Motivación
Pero aunque suene muy feo, la realidad es que un movimiento de Pujols desde San Luis a Chicago serviría de gran motivación para un deporte que ha venido enfrentando problemas de promoción y de rating en los últimos años.
