By Rob Bradford
Del Boston Herald
Habiendo estado un tiempo cerca de los Medias Rojas por un tiempo, sé que cada temporada muerta representa otra andanada de titulares.

 Pero la campaña muerta del próximo año podría ser merecedora de un Oscar.

Para los Medias Rojas, está la agencia libre del receptor Jason Varitek y la tarea de reemplazar a Curt Schilling.

Pero el jugador que generará más drama es Manny Ramírez, quien espera una opción de US$20 millones para cada uno de los dos años siguientes luego del 2008.

Hace un tiempo no parecía un problema, pues nadie pensó que Ramírez desearía quedarse luego de varios choques con la oficina frontal.

Comencemos con el repentino amor por los Medias Rojas que Ramírez ha demostrado recientemente, como sucedió en el desfile del campeonato, cuando Manny dejó entrever que quería retirarse con los Medias Rojas y que su número también lo retiraran.

Y luego hay que hablar del contrato. Ramírez ganaría US$40 millones en los dos años siguientes, que no es mucho más de lo que recibirá Andruw Jones con los Dodgers (US$36 millones en dos años), aunque su defensa es mejor, pero su bate está muy lejos de serlo.

Y aunque muchos pueden señalar que Ramírez tuvo “un “mal año” la temporada pasada, no hablen entonces de Andruw Jones y su promedio de .222 con los Bravos.

Todo se quedaría en nada si Ramírez no encuentra su ritmo en el 2008 luego de conectar apenas 20 jonrones o si los Medias Rojas deciden mejor gastar su dinero en un contrato de US$140 millones para Johan Santana.

Pero también consideren que no hay mucho disponible en el mercado para el año próximo, lo que implicaría que el chance de que Manny se quede es mayor.