Creencias religiosas incomprendidas

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JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
Creemos que nadie puede dudar de la falta de conocimiento en materia religiosa islámica que tiene el actual presidente de los Estados Unidos de América, George W. Bush, quien en el caso de Irak no ha cejado en “meteduras de patas” que le llegaron a convencer, que el triunfo de su ejército lo lograría en menos de tres meses. Sin lugar a dudas, la guerra convencional fue ganada rápida y abrumadoramente por las tropas norteamericanas, no así, la soterrada que día a día hace decenas de muertos entre ellos algunos “marines”, al extremo que ya suman alrededor de tres mil, por supuesto, mal contados.

Los que profesan la fe islámica no admiten alusiones o citas que puedan afectar en lo más mínimo la imagen intocable del Profeta y ha habido innumerables ejemplos de la actitud belicosa de la feligresía cuando de su excelsa figura se trata. Nosotros fuimos testigos de esta obstinación de los seguidores del Mahoma cuando en el año 2005 nos encontrábamos en Abuja, la capital de Nigeria, en donde se debía celebrar el concurso de “Miss Universo”. Días antes del acontecimiento que por vez primera se celebraba en el África negra, un periodista deslumbrado por la cantidad de beldades que llegaban al país, cometió el “sacrilegio” de escribir en un diario de circulación nacional “que el Profeta se hubiese sentido muy complacido de haberse esposado con alguna de las concursantes” teniendo en cuenta las múltiples nupcias que tuvo durante su vida. Aquello fue Troya. En la noche ocurrió una poblada y antes de que se restableciera el orden, más de cien ciudadanos habían perecido, muchos de ellos víctimas inocentes de la barbarie cometida en su contra.

El poeta Salman Rushdie a esta hora todavía escondido por haber escrito unos poemas denominados Versos Satánicos en 1988, considerados blasfémicos contra el Islam por el Ayatolá Ruhollah Khomeyni, le valió en 1989 una condena a muerte por una fatua que sólo él podía levantar por ser el guía supremo, cosa que no hizo antes de morir en Teherán en 1989.

En Afganistán ocurrió algo similar. Las tropas de la coalición que pusieron fin al régimen talibán nunca imaginaron que en pocos meses la contrainsurgencia iba a repollar con la fiereza que se llevan a cabo los combates, de una organización que ya las tropas occidentales habían dado por derrotadas. Esta es la hora que nada se sabe de los principales cabecillas, el Imán Omar y su cuñado, Ozama Bin Laden. Sin lugar a dudas, estos fanáticos religiosos tienen sus seguidores, no obstante los que vivimos en este lado del mundo, pensemos que son vándalos que discriminan a las mujeres, haciéndoles portar una burca que les cubre el rostro y todo el cuerpo e impidiéndoles que asistan a la escuela, aún sea en la primaria para aprender a escribir y leer.

Debemos recordar las declaraciones aparecidas en un diario danés que fueron consideradas ofensivas para la imagen proyectada por el Profeta Mahoma. Ocurrieron disturbios en toda Dinamarca y varias de sus embajadas en países árabes sufrieron ataques que sólo cesaron cuando el periódico se retractó. Algo similar le ocurrió al Papa Benedicto XVI cuando de manera indirecta arremetió contra algunas de las posiciones más radicales del Islam. Hizo un tremendo trabajo de retrotraerse a esas declaraciones durante su viaje a Turquía. Esto trajo un gran respiro a la feligresía católica que temió grandes represalias como lo habían vaticinado los defensores del Islam.

No existe duda alguna, que el Islam ha repuntado, no sólo en los países árabes seguidores del Profeta Mahoma, quien asumió una revelación del ángel Gabriel quien lo invistió de una misión divina, que quiéranlo o no, ha calado, no sólo en el mundo árabe, sino en el continente africano y en el Asia, en donde Indonesia concentra la mayor cantidad de fieles islamitas en el mundo, con más de cien millones de adeptos.

El mayor problema dentro del islamismo lo constituyen los denominados fundamentalistas, que son aquellos que llegan hasta inmolarse, sin importarles las graves consecuencias de su accionar. Estos individuos están condicionados desde su niñez para llevar a cabo este tipo de actuación que ha dejado perplejos a los soldados que conforman la coalición. El presidente Bush, al parecer no fue debidamente informado por sus asesores de lo peligroso que resulta este combatiente suicida que en el nombre de Alá, con el que le inculcan que estará ese mismo día en su divina presencia, detona su carga de dinamita sea en su cuerpo o en un carro bomba.

Varios analistas han vaticinado que la tercera guerra mundial no será ni por territorios, ni por ideologías políticas sino por conceptos o creencias religiosas. El Medio Oriente actualmente está en un estado de efervescencia y convulsión que puede en un día no muy lejano, constituir el detonante que inicie una conflagración que puede comprometer a actores muy lejanos geográficamente. Si las Naciones Unidas no pueden controlar las pasiones y los intereses que se mueven en aquella zona tan estratégica para algunas de las grandes potencias, el espíritu guerrero de los halcones hará que muchos países participen en acciones bélicas que más tarde tendrán que lamentar. Ojalá que la concordia y la prudencia sirvan de guía a los líderes que si toman una decisión equivocada, nos pueden llevar a un holocausto.

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