Creo, aún nos queda tiempo

Creo, aún nos queda tiempo

Cuando se vive dentro de la inmensa preocupación de la inseguridad, cuando se tiene que visitar un Banco con la preocupación de ser atracado a su salida o que un delincuente puede sorprendernos a tiro limpio o no se tiene seguridad de que al llegar a nuestra vivienda podemos encontrarla destruida, por desgracia el más profundo pesimismo nos agota, solo nos queda un solo recurso: entregarnos a la lectura de un buen libro de poemas y ponernos a soñar.

Veamos qué podemos hacer ya, que como bien dijo el poeta “Soñar no cuesta nada” y bien fácil podemos enterrar nuestras quimeras, como en aquel poema:

Tus mentiras,/ rompieron mi cadena de ensueños./ Te había soñado, no esclava, /sí, sumisa a mis palabras, a mis deseos./ Eras algo preciso, necesario para mi,/ te llamaba urgentemente mía;/ pero te volviste tirana, /hundiste mi alegría y mi cariño,/ poniendo rótulos de tristeza en mi esperanza;/ te olvidaste que el tiempo destruye,/ como las olas, las roca, las vidas/ sin quedar ni el recuerdo/ Tú lo sabes, / no sabemos dónde muere una ilusión/ Y dónde nace un amor,/ sabemos sí, que en cada esquina compramos un dólar,/ rompemos una esperanza,/ y seguimos sin miedo, sin rencores/ nuestro camino de atropellos,/ nada humanos nos mueve/ en nuestro afán de vida,/ primero yo, y después tú,/ los demás, que lleven su cicatrices de dolor,/ ¿Qué nos importa? Sí, te olvidaste del tiempo,/ del rayo, la distancia, que todo es movimiento, actividad,/ que al morir, sombras de olvido/ borran nuestros recuerdos,/ Por eso, hoy entierro mis quimeras,/ seguro que la ausencia y la distancia,/ pondrán una esfinge de olvido a mis amores/ Así es la vida el tiempo lo borra todo, eso lo creen unos pocos.

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