Creol llegó descalzo

Creol llegó descalzo

NELSON DIDIEZ NADAL
El creol que llegó a República Dominicana fue el creol haitiano. Ahora bien, el que nos llegó antes de 1984 era aún un dialecto, un habla, el dialecto creol, ya que en Haití, exceptuando durante el gobierno de Aristide, en el cual se le dio cierta importancia, al creol no se le había honrado. El creol no tenía escrita formalmente, al inicio de la década de los 80, una gramática o un método didáctico que enseñara su gramática; el creol había sido tratado igual a como se le había tratado en todas partes, como un parias, un habla de esclavos negros y sirvientes. En el mismo Haití, ha sido el idioma del pueblo analfabeto, casi el 90%, y de los sirvientes. Las élites intelectuales, económicas, sociales y políticas hablan y piensan en francés.

Fue en 1984 cuando pusimos en circulación la obra «Manual Breve de Lengua Creol», de 415 páginas, en Editora Taller, obra que le ha dado la vuelta al mundo y que, definitivamente, convirtió al creol de un dialecto a un idioma, ya que se conviene que para que un habla sea considerado como un idioma reconocido, debe tener registradas 12 mil palabras en un diccionario, y contar con una gramática completa registrada. En aquella obra de investigación de 1984 registramos más de 17 mil palabras y una gramática completa.

El creol llegó a República Dominicana descalzo y vestido de harapos. Aquí lo vestimos con un traje de lino de 17 mil palabras, y lo calzamos con zapatos finos de gramática, para que pudiese compartir en cualquier salón, a la altura de cualquier idioma. Aquí le pusimos pantalones largos. Así, en 1984, el creol haitiano fue reconocido internacionalmente como un idioma. Nació en Haití, pero sacó sus papeles de ciudadanía en República Dominicana.

Increíblemente, en Haití, de donde nos llegó el creol en camiones y a pie, no existía en 1985 ninguna obra más o menos amplia que tratara acerca de aquel dialecto. En nuestra investigación, sólo encontramos entonces, en los gift shops para turistas, brochures mimeografiados de apenas ocho, diez o doce páginas, para conocer algunas expresiones útiles a turistas durante sus estadías en Haití. Estos brochures de expresiones y palabras creoles indispensables al turista, eran a partir del inglés, español o francés.

Nosotros, como investigador y crítico de la evolución del creol en la isla de Santo Domingo, nos hemos percatado de numerosas distorsiones e inventos que se han querido hacer con el creol en Haití.

El más penoso de estos sin duda, a nuestro parecer, ha sido representar el mismo fonema que, en el español representamos por la letra u, por la letra w, en lugar de la letra ou, como es en el creol clásico y en el francés.

Además, sustituir la vocal nasal «in» por «en», y así alejar más el creol de su influencia francesa sin un motivo valedero. Esto ha sentado las bases bizarras del creol que los haitianos llaman despectivamente kreyòl maron (creol salvaje), o kreyòl diaspora (creol de la diáspora), haciendo alusión a los autores que retornaron en cierta época a Haití desde la diáspora, el exilio o la emigración, sobre todo de EUA, y consiguieron financiamiento de este mismo país para hacer pequeñas investigaciones en el creol y, como forma de congraciarse con los financiadores de EUA, trataron de sacar al creol de su gran influencia del francés y llevarlos al área del inglés, creando un lío. Ha sido un intento fútil de sacar el creol de la Francofonía y llevarlo a la Anglofonía.

La Academia Dominicana de la Lengua Creol define el desarrollo del Creol dentro del marco de la Francofonía que, precisamente, celebra en estos días de noviembre su Décima Cumbre en Ouagadougou, capital del Estado africano de Bourquina Faso, presidida por el Presidente de Francia, Jacques Chirac, y otros muchos mandatarios de países de habla francesa o cuyos idiomas mantienen relación directa o indirecta con el francés, como el interesante caso de Rumania.

Hoy por hoy, causa sonrojo la diversidad de formas con que se escriben letreros en las calles de las ciudades de Haití, cada quien lo escribe a su manera. Siguiendo con el ejemplo del fonema u, lo vemos con w, ou y u también. Además, desconocen por ejemplo los usos del guión como signo ortográfico, como para identificar a las vocales a, i, o seguidas de la letra n, para que no se confundan con las vocales nasales an, in, on. Esto así, cada creol tiene un apellido. Tenemos el creol martiniqueño, el creol de Seychelles, el creol haitiano, el creol dominicano, etc.

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