MADRID. elmundo.es. Los abuelos y abuelas ya no están para tener hijos, pero sí están ejerciendo de padres de sus nietos para fortuna de estos últimos. Los datos de un nuevo estudio revelan los beneficios psicológicos que obtienen los adolescentes cuando viven rodeados de los mayores de la familia.
La incorporación de la mujer al mundo laboral, el divorcio o el enviudamiento de alguno de los padres son las razones que están provocando que hoy, más que nunca, los abuelos pasen su jubilación cuidando de los hijos de sus hijos. Un ejemplo. En España cerca del 23% de las mujeres mayores de 65 años ayuda en su crianza, la mitad de ellas a diario y el 40% tres veces por semana.
La literatura científica documenta que los niños y adolescentes con madres o padres solos o de familias recompuestas (padrastros, hermanastros…) tienen más probabilidades de experimentar problemas psicosociales, de salud o de adaptación escolar. En parte, por una serie de factores asociados a estos ambientes familiares: dificultades económicas y sociales, conflictos familiares, cambios frecuentes en el ambiente hogareño, problemas mentales en alguno de los padres, falta de atención a los progenitores…, comenta Shallhevet Attar-Schwartz, de la Universidad Hebrea de Jerusalén y autora principal de la investigación, en la que ha participado también la Universidad de Londres.
Los investigadores, que reconocen que las últimas dos décadas el aumento de la expectativa de vida de la población y del número de familias en las que conviven miembros de tres y hasta cuatro generaciones se ha disparado en los países desarrollados, creen que pese a ello la relación de los abuelos con sus nietos y sus efectos psíquicos ha recibido poca atención científica.