Crimea, sin Ucrania y en Rusia: ¿qué viabilidad económica?

Crimea, sin Ucrania y en Rusia: ¿qué viabilidad económica?

KIEV.  Al margen del referéndum del domingo en Crimea sobre su reunificación con Rusia, se plantea un gran interrogante acerca del futuro de esta península: ¿cuáles serán las consecuencias económicas si decide cortar lazos con Ucrania?

Una semana antes de la votación, un parlamentario ruso anunció que Moscú estaba dispuesto a apoyar con más de 1.000 millones de dólares a esta península del sur de Ucrania, estratégico punto de acceso al Mar Negro.

Rusia cedió Crimea a Ucrania una ex república soviética, independiente desde 1991 en 1954, cuando las dos repúblicas formaban parte de la URSS.

La península de Crimea, que tiene dos millones de habitantes, en su gran mayoría de habla rusa, está hoy de facto bajo control ruso.

Además, Rusia mantiene allí, en el puerto de Sebastopol, la base de su flota del Mar Negro.

Del lado ucraniano, Kiev promete «cubrir todos los gastos presupuestarios en Crimea» y que «Crimea será financiada como de costumbre», según el ministro de Finanzas ucraniano Olexander Shlapak.

Ucrania asegura a la población de Crimea el 85% de los recursos de agua de la península y 82% de su electricidad, afirma el experto en energía Mijailo Gonchar, del centro Nomos en Kiev, contactado por la AFP.

Las necesidades de gas de Crimea están cubiertas por la compañía de Estado Chornomornaftogaz, que extrae 1.600 millones de metros cúbicos de gas natural del Mar Negro cada año, según el experto.

Ahora bien, si Crimea se une a Rusia, Moscú «no será capaz de compensar a corto plazo los recursos que Ucrania suministra a Crimea, porque las infraestructuras para hacerlo no existen entre Rusia y Crimea», advierte.

Un minúsculo brazo de mar separa Rusia del extremo este de Crimea. El primer ministro ruso Dimitri Medvedev firmó el 3 de marzo un decreto para construir un puente, pero que no será terminado antes de varios años.

 ¿Donde están los turistas? Para Crimea privilegiado destino turístico durante la época soviética y aún ahora para los rusos el turismo es uno de los pilares claves de su economía.

Pero con la llegada de los soldados rusos y de los navíos de guerra, los balnearios como Yalta o Evpatoria temen sufrir duras pérdidas y una mala temporada turística.

«Mucha gente ha decidido no ir a Crimea porque es peligroso», explica Sevguil Musaieva, célebre periodista ucraniana.

«El año pasado hubo más de dos millones de turistas en Crimea. ¿Que va a pasar este año? Prefiero no imaginarlo» se inquieta la periodista.

Por su parte, las empresas, que corren el riesgo de perder a sus clientes si Crimea vuelve a Rusia, «están contrariadas por esta situación (…) Ayer era un territorio ucraniano, ahora hay cantidad de soldados cerca de las oficinas, muchas banderas rusas en las municipalidades, en los colegios» añade.

De momento no ha cundido el pánico entre las empresas, según la periodista. Pero la situación ya tensa en la península corre el riesgo de empeorar a medida que se agrave la crisis diplomática, estima por su parte Olexi Shorik, presidente del Fondo de Desarrollo para Crimea.

Un territorio perdido. Además del turismo, uno de los motores de la economía de la península es la agricultura.

El problema es que ésta es «muy dependiente de los recursos hídricos procedentes del resto de Ucrania, y tememos que se corte el suministro si la situación empeora» según Shorik.

«Es ridículo decir que habrá inversiones en Crimea si siguen los disturbios. Crimea es un territorio perdido para el desarrollo económico» afirma.

El miércoles, los dirigentes de Crimea advirtieron que empezarían por expropiar las empresas públicas ucranianas, aunque aseguraron que no tocarían a las empresas privadas.

 

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